Los comerciantes del emporio comercial manifestaron sentirse frustrados y olvidados por las autoridades, luego que un cambista sufriera el asalto de cerca de S/200 mil en el interior de una galería.
Los comerciantes de Gamarra pidieron a las autoridades reformar la seguridad en el emporio comercial, luego que un cambista sufriera un violento asalto en el interior de la galería Multiplaza Ollaraya, ubicada en el jirón Tacna, cerca del cruce con el jirón Huánuco, en el distrito limeño de La Victoria.
En diálogo con RPP, Juan Palacios, un comerciante de la galería donde se produjo el asalto, manifestó que se sienten frustrados ante el incremento de la delincuencia en Gamarra.
“Nos sentimos mal, frustrados prácticamente porque no se puede hacer nada porque se vio que estaban con armas los sujetos y nosotros no podemos involucrarnos”, indicó.
Asimismo, Palacios manifestó que se sienten olvidados por el Estado y solicitó a los propietarios de las galerías la contratación de personal de seguridad armado.
“Acá lo que le pedimos también a las galerías es que comiencen a poner seguridad con armamento. De repente trabajar con empresas que puedan tener su armamento o contratar personal que puedan también usar armamento para nosotros sentirnos protegidos. El Estado no se preocupa por nosotros con respecto a todos los crímenes que se ven”, acotó.
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El caso
El pasado jueves, 18 de diciembre, dos delincuentes asaltaron violentamente a un cambista dentro de la galería Multiplaza Ollaraya en el emporio comercial de Gamarra.
El violento atraco fue captado por las cámaras de seguridad de la galería. En las imágenes se observa que la víctima se encontraba en el subsótano, esperando el ascensor; cuando de pronto aparecieron dos delincuentes encapuchados y con el rostro cubierto con mascarillas.
Los delincuentes abordaron al cambista y lo golpearon hasta despojarlo de su mochila y morral, donde llevaba cerca de S/200 mil. Además, le arrebataron un fardo de ropa.
El asalto se llevó a cabo en presencia de una mujer que se encontraba acompañada de su menor hija. La señora, al ver el atraco, solo atinó a abrazar a la pequeña, cubriéndola con su cuerpo.
Consumado el asalto, los asaltantes huyeron corriendo por las escaleras y se dirigieron al jirón Huánuco, donde abordaron motocicletas y escaparon con rumbo desconocido.