Fue un día movido en la Videna. La lesión de Paolo Guerrero preocupó no solo al técnico de la selección peruana, sino también a los hinchas de la blanquirroja.
Fue una noticia que estremeció a todos. Un adolorido Paolo Guerrero abandonó en muletas el campo de juego tras doblarse el tobillo derecho cuando disputaba una pelota en el duelo amistoso.
Todo parecía indicar que la lesión era de gravedad y que el 'Depredador' se perdería la Copa América. Sin embargo, tras una resonancia magnética el médico de la selección, Julio Segura, se encargó de calmar la angustia.
Todo empezó muy temprano, la bicolor se alistaba para el duelo amistoso contra la selección sub 22 que dirige Víctor Rivera, el último en salir a los calentamientos fue Guerrero.
Su técnico como presagiando se santiguó y solo a los 5 minutos el delantero se retiraba de la cancha adolorido donde fue atendido por el médico, le pusieron hielo en la zona afectada, Pizarro se le acercó para saber cómo se encontraba e inmediatamente ingresó por su lugar.
El dolor persistía y Guerreo fue llevado a una clínica local para saber la dimensión de su esguince. Hasta allí llegó Alondra Garcia Miró, su no via, quien se mostró preocupada y a través del celular se comunicaba constantemente con su amado, por momentos lo nervios la consumían y se comía las uñas.
Más tarde para tranquilidad de Ricardo Gareca y de los hinchas de la selección, el ‘Depredor’ dejó la clínica caminando con un mensaje alentador.
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