El oxígeno medicinal es fundamental en la lucha contra el nuevo coronavirus. Roberto Bustamante, expresidente del Instituto Nacional de Salud, explica cómo su suministro consigue salvar las vidas de los pacientes infectados con la COVID-19.
Durante el tratamiento de la COVID-19 el suministro de oxígeno es importante porque uno de los efectos de esta enfermedad es producir hipoxemia, es decir, una baja en la cantidad de oxigeno en la sangre, y por tanto es vital ayudar al paciente a que oxigene bien sus células.
“La COVID-19 produce la hipoxemia severa, en un principio porque el paciente no compensa, pero finalmente el término de la enfermedad ocurre por la falta de oxígeno y este oxígeno por supuesto que es esencial”, explica Ernesto Bustamante, expresidente del Instituto Nacional de Salud.
El oxígeno medicinal, como se le conoce, es una mezcla de gases que tiene un porcentaje de oxígeno igual o mayor a 93%. Es recetado a pacientes con hipoxemia o en unidades de cuidados intensivos. “Yo diría que el oxígeno medicinal, como se le llama al oxígeno modificado, a nivel hospitalario, es el medicamento más importante porque es el que necesitamos para tener un oxígeno en la sangre para que sea compatible con la vida”, añade el doctor Bustamante.
Sin embargo, se ha presentado casos en los que lamentablemente a pesar de suministrarles oxígeno, los pacientes que tienen COVID-19 terminan muriendo. ¿A qué se debe esto? Las vías respiratorias se encuentran congestionadas, explica el doctor Bustamante. “El problema es que hay veces en las que en el cuerpo -por más que uno le ponga la cánula con oxígeno, meta con fuerza con un respirador asistido- el oxígeno no llega a los alvéolos porque están tapadas las vías respiratorias, porque hay mucosidad y porque al cuerpo se le fue la mano en inflamarse para luchar contra la enfermedad", sostiene.
En estos casos, los especialistas intentan liberar vías respiratorias usando corticoides. “Una de las cosas que hace el médico es abrir las vías respiratorias, o sea, desinflamar, y para eso se usa dexametasona. "Ojo, esto no es preventivo, se usa en la cama del paciente de cuidados intensivos o cuidados críticos", añade Bustamante. Lo que hará este medicamento es desinflamar las vías respiratorias para que el oxígeno ingrese naturalmente o con el uso de un respirador artificial y pueda llegar a los alvéolos.
UNA ENFERMEDAD CON SÍNTOMAS SILENCIOSOS
En algunos pacientes la disminución de oxígeno, generada por el nuevo coronavirus, es imperceptible. Se ha visto el desplome en la vía pública de personas que aparentemente estaban bien. “Esta enfermedad se caracteriza por producir una hipoxemia silenciosa, porque el paciente está haciendo su vida normal, pero su saturación de oxígeno está en 90, puede estar en 85 y el paciente se siente bien, hasta que de pronto baja a un nivel tan crítico que el paciente ante un esfuerzo repentino colapsa se cae al piso y muere a las pocas horas”, explica el experto.
Recordemos que el oxígeno es esencial para que las células del cuerpo puedan funcionar, muy en especial las que están en continuo movimiento, como son las células del corazón y las células musculares que ayudan a respirar.
Para Fernando Mejía, infectólogo del Hospital Cayetano Heredia, el mensaje desde el Gobierno debe ser: “Si tiene síntomas respiratorios, cualquiera que fuera, así usted crea que es un resfrío, asuma que tiene coronavirus y debe monitorizarse, ver cómo está su oxigenación. Por eso yo planteaba el uso de oxímetros de pulso de forma masiva, en lugar de estar adquiriendo tratamientos inciertos”.
El oxímetro de pulso es un pequeño aparato electrónico que sirve para medir el porcentaje de oxígeno en la sangre, también conocido como saturación de oxígeno, y la frecuencia del pulso. Con la información obtenida se puede controlar la evolución de los pacientes con enfermedades respiratorias. Este aparato tiene forma similar a la de un gancho grueso, pero pequeño, para sujetar las prendas. Por lo general se coloca la punta del dedo dentro del oxímetro de pulso, pero en bebés se coloca en el lóbulo de su pequeña oreja. Una vez ingresado el dedo, luces infrarrojas del pequeño aparato, medirán el nivel de oxígeno en la sangre, cuya expresión es en porcentaje. Los valores considerados como normales fluctúan entre 95% y 100%. Una cifra inferior puede indicar un problema respiratorio.
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