"Creo que mientras más descentralizado esté el mundo de las letras, mucho mejor. Mientras más circuitos alternativos se creen, mucho mejor", dijo en rueda de prensa el boliviano Edmundo Paz Soldán.
Varios escritores latinoamericanos que participan en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) instaron este miércoles a "descentralizar" los foros e iniciativas que determinan qué es la buena literatura y fomentan los programas para apoyar a los nuevos autores.
Proyectos como Bogotá 39, de Colombia, el de Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, impulsado por la FIL, y los que promueve la revista británica Granta, fueron algunas de las iniciativas que valoraron como positivas en ocasiones, pero capaces también de volverse contra ellos.
"Creo que mientras más descentralizado esté el mundo de las letras, mucho mejor. Mientras más circuitos alternativos se creen, mucho mejor", dijo en rueda de prensa el boliviano Edmundo Paz Soldán.
Consideró que "si hay varios lugares donde están surgiendo nombres (...) todo eso es útil" más allá de que sean Madrid, Ciudad de México, Barcelona o Buenos Aires, por citar algunos, los lugares que proyecten a los nuevos talentos literarios.
Paz Soldán lamentó, por ejemplo, que al pedírsele una antología andina en un encargo desde Estados Unidos, le marcaran "la cancha" acotando quién está dentro de las letras andinas, considerando en ellas a autores de Ecuador, Bolivia y Perú nada más, no a los de Colombia.
Por su parte el colombiano Juan Álvarez llamó la atención sobre la importancia que tienen "los procesos" para seleccionar a los escritores que se suman a los nuevos proyectos literarios.
Lamentó que en ocasiones importen más los nombres que los procesos que conducen a determinadas selecciones y, con ironía, invitó a quienes los organizan a introducir cláusulas que "obliguen" a los autores elegidos a dejar la literatura si la obra literaria que crean tras participar no es de la calidad que se les exigió.
"La gente, a medida que se hace más famosa, tiende a escribir peores libros, aunque eso es difícil de demostrar; no estoy seguro", agregó.
A su vez la argentina María Teresa Andruetto deploró también que quizás en estos procesos "interesen más los nombres que las obras", cuando debía ser al revés.
Una representante de la FIL, Melina Flores, explicó que en la experiencia de la feria mexicana con la iniciativa llamada "Los 25 secretos mejor guardados de América Latina", lanzada hace dos años, se dieron cuenta de que los participantes "no eran suficientes y no podíamos encajonar a tantos países" con esa cifra de exponentes.
Señaló que tal vez lo recomendable es tratar estos programas con más humildad y propiciar únicamente foros "de autores que charlen" y que se percaten de que "tienen más coincidencias además del idioma".
EFE
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