Casi diez años después del inicio de su operación, solo están en operación dos de los cinco corredores complementarios implementados en Lima para mejorar el transporte público. Conozcamos algo de la historia de este sistema que pasa su peor momento.
"Es el día en que empieza un orden, seguridad, fluidez, descontaminación del transporte público de pasajeros de nuestra ciudad. Hoy día los buses azules de la reforma empiezan".
Con optimismo, a finales de julio de 2014, la entonces alcaldesa de Lima, Susana Villarán, hoy procesada penalmente por corrupción, inauguró el período de prueba de un nuevo sistema de transporte público en la capital. Este sistema contaba con buses de color azul que recorrían las avenidas Tacna, Garcilaso de la Vega y Arequipa, entre otras vías, para satisfacer la demanda de transporte entre los distritos del Rímac y Miraflores.
Los buses conformaron la primera flota del Corredor Azul, que era parte del entonces llamado Sistema Integrado de Transporte de Lima Metropolitana (SIT). El comienzo no fue fácil, ya que los usuarios padecieron por los largos tiempos de espera para abordar las unidades, que circulaban completamente llenas de pasajeros.
"Una hora estamos acá, pasan pero llenos, en dónde encajamos. La subida es solo por delante, no por atrás, hay mucho desorden. Es totalmente desordenado", criticaban algunos pasajeros.
Los conductores y cobradores de las rutas de las unidades cúster que fueron retiradas de las avenidas mencionadas también protestaron, y algunos de ellos lo hicieron de manera violenta, lo que provocó algunos enfrentamientos.
Gustavo Guerra García, entonces presidente de Protransporte, organismo de la Municipalidad Metropolitana de Lima encargada de implementar y operar los sistemas de transporte público masivo de la ciudad, reconoció los problemas de lo que fue llamado La reforma del transporte, aunque se comprometió a implementar mejoras.
"Nosotros preveíamos el día de hoy no sería un día fácil como advertimos. Siempre muy complicado reestructurar nada menos que 39 ruta, recortar recorridos y generar dificultades a la población, pero son dificultades por las cuales tenemos que pasar", señalaba entonces.
Progresivamente, los problemas fueron resueltos con el ingreso de más buses y la creación de nuevas rutas del Corredor Azul con mayor recorrido. Tras el período de prueba, el domingo 26 de octubre de 2014, comenzó el cobro del pasaje, primero con una tarifa promocional para los adultos de un sol y luego a un sol 50 céntimos.
Progresivamente, los problemas fueron resueltos con la incorporación de más autobuses y la creación de nuevas rutas del Corredor Azul con recorridos extendidos. Tras finalizar el período de prueba, el domingo 26 de octubre de 2014, se inició con el cobro del pasaje, primero con una tarifa promocional de un sol para los adultos, la cual luego se ajustó a un sol con cincuenta céntimos.
El 20 de diciembre de 2014 comenzó a operar el Corredor Javier Prado, ahora conocido como Corredor Rojo. Sus buses cubrieron inicialmente una ruta desde Ate hasta la avenida Faucett.
"Me parece muy bien. Creo que a raíz de lo que ha pasado en las avenidas Arequipa y Tacna con el corredor, creo que aquí ya estamos tomando otra modalidad y que parece que está funcionando perfectamente", señalaba un usuario del Corredor Rojo.
Más de dos años después, en enero de 2017, empezó a operar el servicio de autobuses del Corredor Morado, que conectaba San Juan Lurigancho con las avenidas Abancay y Brasil, entre otras rutas. El servicio dejó de estar en funcionamiento el pasado 4 de marzo y, por el momento, su ruta será cubierta por unidades de transporte convencional.
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Los otros corredores
En junio de 2018, se sumó el Corredor Amarillo por la Vía de Evitamiento, Panamericana y Vía Expresa Línea Amarilla, pero también dejó de operar en abril de 2023. Asimismo, desde septiembre de 2018, los buses del Corredor Verde circularon por las avenidas Venezuela, Arica y Grau. Dos años después dejaron de brindar el servicio.
El siguiente paso del sistema fue que los pasajeros dejaran de pagar por el servicio con dinero en efectivo y desde mayo de 2019 los usuarios realizan el pago mediante las tarjetas prepagadas Lima Pass o del Metropolitano.
La constante queja de los usuarios desde la implementación de los corredores complementarios es por el insuficiente número de unidades en operación de las rutas asignadas, lo que origina larga filas y buses llenos en las horas punta o de mayor demanda.
Los concesionarios señalaron que las autoridades también incumplieron con el retiro de las unidades de otras empresas que sobreponían en las diferentes rutas. Al mismo tiempo, las autoridades permitieron la proliferación de los autos colectivos piratas. Todo ello impidió que el sistema sea autosostenible económicamente.
De acuerdo al proyecto municipal, el Sistema Integrado del Transporte de Lima Metropolitana contaría con cinco corredores complementarios, 12 corredores de integración y 73 rutas de aproximación, con el objetivo de que los usuarios viajen a través de la ciudad en menores tiempos. Para diferenciarlos y posicionarlos en el público se designó a cada ruta con un color. La comuna elaboró las bases de la licitación pero la mayoría de rutas se quedó sin concesión.
El 14 de setiembre de 2020, la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao asumió administración del Metropolitano y Corredores Complementarios. Junto al Ministerio de Transportes, deben buscar las medidas para evitar el fin de un sistema que buscó mejorar la movilidad de los ciudadanos de Lima y Callao.
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