El también llamado viringo peruano es venerado desde tiempos precolombinos y sigue siendo un emblema de la identidad peruana.
Este 22 de octubre marca el 23º aniversario de la declaración del perro sin pelo del Perú, o también llamado viringo peruano, como Patrimonio Cultural de la Nación. Esta raza, que ha acompañado a las culturas precolombinas del país, es más que una curiosidad genética; es un verdadero emblema de la historia y el legado cultural peruano.
Desde la época de las culturas Mochica y Chimú, este perro ha sido parte del entorno cotidiano y espiritual de las civilizaciones antiguas. Huacos y cerámicas arqueológicas han capturado su imagen como parte integral de la vida en el antiguo Perú, incluyendo hallazgos en lugares tan emblemáticos como las tumbas del Señor de Sipán.
Esta conexión con la historia precolombina llevó a que, en 2001, fuera declarado Patrimonio Cultural, reconociéndolo como un verdadero tesoro nacional. Esta distinción no solo busca proteger a esta raza emblemática, sino también fomentar su cuidado y crianza responsable, creando conciencia sobre su historia y el legado que representa.
Una raza resistente y símbolo de salud
En una entrevista para RPP, Alfredo Jeanneau Tartarini, presidente del Club del Perro sin Pelo del Peru, destacó que esta raza es una de las más antiguas de América. También enfatizó que estos perros no solo han sido compañeros leales a lo largo de los siglos, sino también guardianes simbólicos de salud y bienestar en las comunidades peruanas.
El aspecto más notable de esta raza es, sin duda, su piel desnuda. Jeanneau explicó que la falta de pelaje implica un régimen de baños regulares y la aplicación de hidratantes para mantener su piel en buenas condiciones. "El mayor cuidado que necesita el perro sin pelo es en su piel. Bañarlo y mantener su hidratación es esencial", señaló.
Otra característica de esta raza es su temperatura corporal, la cual tiene tres grados más que la de los seres humanos, como una forma de compensar la pérdida de calor a través de su piel desnuda, por lo que al ser calientes, los convierten en los compañeros ideales para personas con problemas de artritis e incluso para niños con asma.
El orgullo de preservar una raza milenaria
A lo largo de los últimos años, el perro sin pelo ha ganado popularidad internacional, destacándose en concursos y como animal de compañía en diversas partes del mundo. Sin embargo, a nivel nacional, sigue siendo apreciado a esta raza no solo por su carácter tranquilo y cariñoso, sino también por su importancia histórica y cultural.
El reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Nación no solo asegura su preservación, sino que también promueve el orgullo y la conciencia sobre una parte fundamental del patrimonio vivo del Perú. Al cuidar y proteger a esta raza, los peruanos honran tanto a su historia como a su futuro.
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