Cerca de 50 resultaron heridas anoche en la capital tunecina después de la intervención del presidente del país, Zine el Abidine Ben Alí, informaron fuentes hospitalarias.
Al menos trece personas murieron y cerca de 50 resultaron heridas anoche en la capital tunecina después de la intervención del presidente del país, Zine el Abidine Ben Alí, en la que se comprometió a no usar fuego real contra los manifestantes, informaron a EFE fuentes hospitalarias.
Según las mismas fuentes, los cadáveres de tres personas alcanzadas por disparos de bala llegaron al hospital de Le Kram, cerca de Túnez y a un kilómetro del Palacio de Cartago, mientras que otros diez cuerpos ingresaron en el centro sanitario Charles Nicole de la capital.
En este último hospital, las fuentes citadas aseguraron que han contabilizado el ingreso de cerca de 50 heridos tras los disturbios de la pasada noche.
Entretanto, en el centro de la capital tunecina los disturbios se reprodujeron esta tarde después de que la Policía disolviese con gases lacrimógenos una concentración de más de 8.000 personas ante la sede del Ministerio del Interior, que reclamaban la salida del poder de Ben Alí.
Según constató EFE, varios grupos de manifestantes se dispersaron en grupos por las calles de la capital y tiraron piedras contra los organismos oficiales que encontraban a su paso.
Las cargas de la Policía se repitieron en el centro y en las calles adyacentes a la avenida Habib Burguiba, donde tanquetas militares tomaron posiciones alrededor de la sede del Ministerio del Interior.
Testigos presenciales indicaron a EFE que una clínica fue incendiada en el barrio capitalino de El Menzah y que varios comercios y locales públicos resultaron igualmente dañados.
El Palacio de Cartago, a 15 kilómetros de Túnez, se encuentra también rodeado por tanques del Ejército y numerosos efectivos militares, señalaron habitantes de la zona.
En otras regiones del país se han registrado igualmente enfrentamientos violentos entre manifestantes y las fuerzas policiales.
En Kairauan, la ciudad santa tunecina, se produjeron numerosos disturbios con decenas de coches quemados y comercios saqueados, al igual que en El Kef, en el suroeste del país.
En su intervención de anoche en la televisión estatal, el presidente aseguró sentirse "muy apesadumbrado por la violencia" que vive el país y afirmó que "ya se ha decidido que hay que parar los disparos" en referencia al uso de fuego real contra los manifestantes por parte de las fuerzas del orden.
"Esta violencia hay que pararla porque no es propia de nosotros, los hijos de Túnez", afirmó Ben Alí e insistió en que llevará a cabo "un profundo y completo cambio a nivel político y económico". EFE
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