El obispo católico anunció que durante las exequias también rezará por el autor de la masacre en Winnenden, Tim Kretschmer.
La pequeña localidad de Winnenden, en el suroeste de Alemania, se prepara para acoger mañana a decenas de miles de personas que asistirán al funeral de Estado por las 15 víctimas de la matanza perpetrada la semana pasada en un colegio de esa ciudad.
La misa ecuménica en la Iglesia de San Carlos Borromeo, a la que se espera asistan 900 personas, será oficiada por los obispos Otfried July, protestante, y Gebhard Fürst, católico.
A continuación habrá un funeral con carácter de acto de Estado que estará presidido por el presidente federal, Horst Köhler, la canciller, Angela Merkel, y el primer ministro del estado federado de Baden-Württemberg, Günther Oettinger.
Los discursos serán transmitidos a varias aulas e iglesias de esta localidad de 28.000 habitantes y a una pantalla gigante colocada en el estadio Herbert-Winter, con una capacidad para 20.000 personas.
Los comercios permanecerán cerrados por solidaridad, y únicamente las tiendas de alimentación y establecimientos gastronómicos abrirán antes y después del funeral, que durará unas dos horas.
El obispo católico anunció que durante las exequias también rezará por el autor de la matanza, Tim Kretschmer, y para sus padres.
Pese a ello, Fürst reconoció entender a toda las personas que todavía no están en condiciones de sentir compasión por el asesino.
"No se puede esperar que un niño que quizás ha visto como mataban a tiros a una amiga encienda una vela por el autor de los disparos", dijo Fürst, para añadir que su deseo es que "algún día la gente entienda que Dios también siente misericordia por Tim". "Creo que hoy por hoy es pedir demasiado", añadió.
El miércoles de la semana pasada, Tim Kretschmer, quien había cursado sus estudios en el citado colegio, irrumpió en la escuela Albertville y mató prácticamente a bocajarro a nueve alumnos -ocho chicas y un chico- y a tres profesoras.
Durante la posterior fuga asesinó a otras tres personas y luego se suicidó.
El joven utilizó una pistola Beretta automática de nueve milímetros, que su padre presuntamente tenía en el dormitorio de la vivienda familiar.
Los padres, quienes tras abandonar Winnenden y anunciar a través de sus abogados que su hijo no había estado en tratamiento como aseguraba la fiscalía, han transmitido entretanto sus condolencias a los allegados de las víctima.
"A ustedes les fue arrebatado lo más preciado e importante, un ser querido, con el acto abominable e incomprensible de nuestro hijo y hermano. Nunca creímos a Tim capaz de algo así, lo conocíamos de otra manera", dice la carta, difundida por el abogado de la familia.
La fiscalía ha abierto sumario por homicidio involuntario contra el padre, por no tener convenientemente guardada en una caja fuerte el arma ni tampoco la munición utilizada.
El padre del muchacho tenía en casa, además de la Beretta en el dormitorio, otras 16 armas y 4.600 balas en la caja fuerte, de la que al parecer su hijo conocía el código secreto.
El abogado del padre afirmó en declaraciones a la prensa que éste tiene intención de "no volver a tocar un arma en su vida" y de devolver su permiso de posesión de armas. EFE
La misa ecuménica en la Iglesia de San Carlos Borromeo, a la que se espera asistan 900 personas, será oficiada por los obispos Otfried July, protestante, y Gebhard Fürst, católico.
A continuación habrá un funeral con carácter de acto de Estado que estará presidido por el presidente federal, Horst Köhler, la canciller, Angela Merkel, y el primer ministro del estado federado de Baden-Württemberg, Günther Oettinger.
Los discursos serán transmitidos a varias aulas e iglesias de esta localidad de 28.000 habitantes y a una pantalla gigante colocada en el estadio Herbert-Winter, con una capacidad para 20.000 personas.
Los comercios permanecerán cerrados por solidaridad, y únicamente las tiendas de alimentación y establecimientos gastronómicos abrirán antes y después del funeral, que durará unas dos horas.
El obispo católico anunció que durante las exequias también rezará por el autor de la matanza, Tim Kretschmer, y para sus padres.
Pese a ello, Fürst reconoció entender a toda las personas que todavía no están en condiciones de sentir compasión por el asesino.
"No se puede esperar que un niño que quizás ha visto como mataban a tiros a una amiga encienda una vela por el autor de los disparos", dijo Fürst, para añadir que su deseo es que "algún día la gente entienda que Dios también siente misericordia por Tim". "Creo que hoy por hoy es pedir demasiado", añadió.
El miércoles de la semana pasada, Tim Kretschmer, quien había cursado sus estudios en el citado colegio, irrumpió en la escuela Albertville y mató prácticamente a bocajarro a nueve alumnos -ocho chicas y un chico- y a tres profesoras.
Durante la posterior fuga asesinó a otras tres personas y luego se suicidó.
El joven utilizó una pistola Beretta automática de nueve milímetros, que su padre presuntamente tenía en el dormitorio de la vivienda familiar.
Los padres, quienes tras abandonar Winnenden y anunciar a través de sus abogados que su hijo no había estado en tratamiento como aseguraba la fiscalía, han transmitido entretanto sus condolencias a los allegados de las víctima.
"A ustedes les fue arrebatado lo más preciado e importante, un ser querido, con el acto abominable e incomprensible de nuestro hijo y hermano. Nunca creímos a Tim capaz de algo así, lo conocíamos de otra manera", dice la carta, difundida por el abogado de la familia.
La fiscalía ha abierto sumario por homicidio involuntario contra el padre, por no tener convenientemente guardada en una caja fuerte el arma ni tampoco la munición utilizada.
El padre del muchacho tenía en casa, además de la Beretta en el dormitorio, otras 16 armas y 4.600 balas en la caja fuerte, de la que al parecer su hijo conocía el código secreto.
El abogado del padre afirmó en declaraciones a la prensa que éste tiene intención de "no volver a tocar un arma en su vida" y de devolver su permiso de posesión de armas. EFE
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