Se trata de un supuesto pago de US$ 600.000 por Berlusconi a su exabogado a cambio de que éste falseara a su favor su testimonio en dos juicios de finales y permitiendo que el mandatario quedara absuelto.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió hoy al Tribunal de Milán para asistir a una nueva audiencia del juicio Mills, en el que está imputado por supuesta corrupción en acto judicial.
En medio de importantes medidas de seguridad, el mandatario llegó al Palacio de Justicia de la capital lombarda en torno a las 08.00 horas GMT a bordo de un coche oficial y no hizo declaraciones a los numerosos periodistas que le aguardaban en la calle.
También en el exterior del Tribunal de Milán le esperaban algunos de sus seguidores -menos que en otras ocasiones- y una decena de personas que se manifestaban en apoyo al papel de los magistrados, contra los que Berlusconi ha arremetido en multitud de ocasiones.
En la entrada del Palacio de Justicia cuelgan además este lunes sendas fotografías gigantes de tres magistrados asesinados por el crimen organizado, como parte de las conmemoraciones de hoy de la "Jornada de la Memoria" a los servidores del Estado víctimas del terrorismo.
Ésta supone la cuarta vez en el último mes y medio que el jefe del Gobierno italiano acude al Tribunal de Milán y la primera vista del caso Mills en la que participa, por lo que los jueces le revocaron hoy el estado de rebeldía en el que le declararon durante la primera audiencia del juicio tras su reanudación en marzo.
Berlusconi ya se presentó ante los jueces los pasados 28 de marzo y 2 de mayo por el proceso Mediatrade, que se encuentra en fase de audiencia preliminar y en el que está acusado de apropiación indebida y fraude fiscal, y el 11 de abril por el caso Mediaset, en el que está imputado por fraude fiscal.
Pero no acudió a la vista de reanudación del proceso Mills del pasado 21 de marzo, ni tampoco a la segunda audiencia del juicio, diez días después, debido a compromisos institucionales.
El llamado caso Mills juzga el supuesto pago de 600.000 dólares por Berlusconi a su exabogado, el británico David Mills, a cambio de que éste falseara a su favor su testimonio en dos juicios de finales de los años noventa permitiendo que el mandatario quedara absuelto.
En todo este tiempo, Berlusconi ha asegurado que no recuerda haber conocido a Mills porque era uno de los muchos abogados que el grupo Fininvest (de su propiedad) tenía en el extranjero, y que los 600.000 dólares corresponden al pago en dinero negro al letrado por parte de un armador italiano para eludir al fisco británico.
Pero lo cierto es que, en la otra rama del caso, Mills fue condenado en primera y segunda instancia por corrupción en acto judicial en favor de Berlusconi por haber mentido en esos dos mismos juicios, aunque el Supremo italiano decretó el 25 de febrero de 2010 la prescripción del delito.
EFE
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