Los clientes tienen normas que observar: No tocar, nada de fotos y sólo dinero en efectivo.
El dueño de una cafetería estadounidense ha tenido como idea para superar la crisis financiera que sus camareros sirvan en topless, publica la prensa.
Pese a los malos tiempos económicos que corren, Donald Crabtree abrió recientemente un negocio en Vassalboro, una pequeña localidad de 4.500 personas en el estado de Maine (noreste), y al parecer no le va nada mal, pese a la oposición inicial de sus habitantes.
El View Topless Coffee Shop no es una cafetería cualquiera, ya que los camareros, hombres y mujeres, sirven cafés desnudos de cintura para arriba.
Crabtree tuvo una avalancha de 150 solicitudes de empleo y al final se quedó con diez mujeres y cinco hombres que, según el diario The Examiner, tienen que cumplir con las normas de la casa: "Ser amables y atender a todo el mundo por igual".
Por su parte, los clientes también tienen normas que observar: No tocar, nada de fotos y sólo dinero en efectivo.
Según el diario, una de las camareras ha conseguido una propina de 100 dólares por servir una taza de café, y al resto de camareros tampoco les va mal, ya que las propinas están en torno a los 30 dólares.
La cafetería lleva abierta sólo una semana pero comienza a tener sus parroquianos. Una variedad de individuos (incluidos los curiosos), pero, sobre todo, "parejas y mujeres", dijo el empresario.
El caso es que en tiempos de recesión, Crabtree ha sabido poner al mal tiempo, un buen torso. EFE
Pese a los malos tiempos económicos que corren, Donald Crabtree abrió recientemente un negocio en Vassalboro, una pequeña localidad de 4.500 personas en el estado de Maine (noreste), y al parecer no le va nada mal, pese a la oposición inicial de sus habitantes.
El View Topless Coffee Shop no es una cafetería cualquiera, ya que los camareros, hombres y mujeres, sirven cafés desnudos de cintura para arriba.
Crabtree tuvo una avalancha de 150 solicitudes de empleo y al final se quedó con diez mujeres y cinco hombres que, según el diario The Examiner, tienen que cumplir con las normas de la casa: "Ser amables y atender a todo el mundo por igual".
Por su parte, los clientes también tienen normas que observar: No tocar, nada de fotos y sólo dinero en efectivo.
Según el diario, una de las camareras ha conseguido una propina de 100 dólares por servir una taza de café, y al resto de camareros tampoco les va mal, ya que las propinas están en torno a los 30 dólares.
La cafetería lleva abierta sólo una semana pero comienza a tener sus parroquianos. Una variedad de individuos (incluidos los curiosos), pero, sobre todo, "parejas y mujeres", dijo el empresario.
El caso es que en tiempos de recesión, Crabtree ha sabido poner al mal tiempo, un buen torso. EFE
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