Un reciente estudio rechaza hipótesis tradicionales que sugieren que la oscuridad generada por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años impidió la fotosíntesis marina y causó una extinción en masa en los océanos.
La acidificación de las aguas de los océanos debido a los gases emitidos por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años fue la principal causa de la última gran extinción en masa y no el cese de la fotosíntesis por la oscuridad generada, como se creía hasta ahora.
Así se recoge en el estudio realizado por universidades de EE.UU., Gran Bretaña y Alemania con la participación de la investigadora del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la Universidad española de Zaragoza, Laia Alegret, y que publica en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences USA (PNAS).
La paleontóloga española contribuyó a obtener la primera medida del pH de las aguas superficiales tras el impacto de un asteroide en la península mexicana del Yucatan a finales del Cretácico, informa la Unizar en una nota de prensa.
Acidez de agua acelera cambio climático
La acidificación, resultante de la emisión de gases a la atmósfera, es una de las principales consecuencias de la actual crisis climática, que también está reduciendo el pH de los mares con gran impacto sobre flora y fauna marinas.
El trabajo confirma la hipótesis de Alegret, especialista en el estudio de fósiles microscópicos y análisis geoquímicos, de que los océanos absorben un tercio de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, lo que ayuda a regular el clima, capturando el exceso de calor.
Sin embargo, este proceso también presenta efectos no deseados, como la disminución del pH (nivel de acidez) de las aguas, lo que altera la fijación de carbonato de calcio (CaCO3) en los esqueletos de numerosas especies y podría incluso acelerar la emergencia climática, explica la universidad española.
Derribando hipótesis tradicionales
El impacto de dicho asteroide afectó a casi el 70 % de las especies del planeta y acabó con el dominio de los grandes dinosaurios en medios terrestres. En los océanos, desaparecieron los grandes reptiles como los Mosasaurios, al igual que gran parte del plancton calcáreo que vivía en las aguas superficiales.
Las hipótesis tradicionales sugieren que la oscuridad generada por la nube de polvo resultante del impacto impidió la fotosíntesis y cesó la productividad primaria en los océanos, provocando las extinciones sucesivas a lo largo de la cadena trófica.
En 2012, Laia Alegret lideró una publicación en la revista PNAS que demostraba que las extinciones en los océanos no estaban relacionadas con el cese de la fotosíntesis y ya señalaba al rápido evento de acidificación de los océanos, mucho más rápido que el actual y resultante de los gases emitidos por el impacto, como la principal causa de la extinciones selectivas en medios marinos.
Una hipótesis que ahora queda demostrada en el estudio que publica esta revista.
EFE
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