Personal de salud trabaja contra el tiempo para evitar la proliferación de enfermedades, al tiempo que se evalúan los deslaves del imponente volcán Chichontepec.
Brigadas del ministerio de Salud emprendieron una operación masiva de atención a la población de 42 municipios de El Salvador afectados por las lluvias, mientras evalúan los deslaves que presenta el imponente volcán Chichontepec y que provocaron la mayoría de las 152 muertes y decenas de desaparecidos.
"Hemos iniciado una operación de saneamiento en todos los albergues de evacuados y en los 42 municipios que resultaron afectados por las lluvias con el fin de prevenir epidemias", declaró a la AFP el director nacional de Protección para la Salud, Julio Armero.
Los equipos remueven lodo y escombros en busca de desaparecidos, que según el alcalde San Vicente Medardo Hernández Lara, sólo en esa ciudad, llegarían a los 500.
Las brigadas del ministerio de Salud tratan, según Armero, de "garantizar la inocuidad" de los alimentos para prevenir enfermedades estomacales, además de realizar fumigaciones masivas para el control de vectores del paludismo en zonas devastadas por las lluvias y en los 119 albergues que acogen a 12.930 personas evacuadas.
Las fumigaciones se realizan además para evitar la proliferación de ratas y prevenir la leptospirosis, una enfermedad presente en la orina de los roedores, explicó Armero.
El personal de salud también vela por la "purificación" del agua y cuida que los alimentos que se consuman estén recién preparados.
Las brigadas de Salud coordinan además "el manejo" de los cadáveres de desaparecidos que se encuentren y que presentan un avanzado estado de descomposición. La recomendación es que sean sepultados en el corto plazo.
Para atenuar los estados de "ansiedad y depresión", el ministerio de Salud impulsa el llamado "Plan de Protección de la Salud Mental ante los efectos de la baja presión y la tormenta tropical Ida".
En tanto, técnicos del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) comenzaron a evaluar los gigantescos deslaves en el volcán Chichontepec, de 2.181 metros sobre el nivel del mar y que fueron los principales causantes de la desgracia en Verapaz, Tepetitán y Guadalupe.
Los técnicos miden lo largo, ancho y profundidad del deslave para determinar el volumen de tierra y piedras que se desprendieron del Chichontepec que ya había sido impactado por los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de 2001 que fracturaron rocas y dejaron frágil la zona.
"Sin lugar a dudas va ser un volumen muy grande de tierra", comentó Díaz.
Uno de los deslaves desvió el cause del río Acahuapa -en la margen norte derecha- sepultando comunidades de la periferia de San Vicente, donde dejó casi medio centenar de muertos, según las autoridades.
El alcalde de la ciudad Medardo Hernández manejó la cifra de que podría haber hasta unos 500 desaparecidos.
Ante el fenómeno natural del fin de semana, Díaz adelantó que se debe hacer una evaluación de las principales ciudades asentadas en el llamado Valle del Jiboa -uno de los más fértiles- para buscar obras de mitigación o reubicar asentamientos poblacionales.
"Tendrá que evaluarse con mayor detalle (el área de riesgo) para ver qué soluciones definitivas se le puede dar a toda la población que vive asentada en el valle de Jiboa que no solo es Verapaz, sino que hay una serie de poblados y que esto (tragedia) no se vuelva a repetir", subrayó el vulcanólogo.
Las comunidades que se pueden declarar inhabitables son las que están asentadas próximas a quebradas que bajan del Chichontepec.
Díaz recordó que en 1934 hubo un caso similar de deslaves que hicieron cambiar de lugar el poblado de Tepetitán.
"Lo que hicieron fue alejarse de la quebrada", indicó. AFP
"Hemos iniciado una operación de saneamiento en todos los albergues de evacuados y en los 42 municipios que resultaron afectados por las lluvias con el fin de prevenir epidemias", declaró a la AFP el director nacional de Protección para la Salud, Julio Armero.
Los equipos remueven lodo y escombros en busca de desaparecidos, que según el alcalde San Vicente Medardo Hernández Lara, sólo en esa ciudad, llegarían a los 500.
Las brigadas del ministerio de Salud tratan, según Armero, de "garantizar la inocuidad" de los alimentos para prevenir enfermedades estomacales, además de realizar fumigaciones masivas para el control de vectores del paludismo en zonas devastadas por las lluvias y en los 119 albergues que acogen a 12.930 personas evacuadas.
Las fumigaciones se realizan además para evitar la proliferación de ratas y prevenir la leptospirosis, una enfermedad presente en la orina de los roedores, explicó Armero.
El personal de salud también vela por la "purificación" del agua y cuida que los alimentos que se consuman estén recién preparados.
Las brigadas de Salud coordinan además "el manejo" de los cadáveres de desaparecidos que se encuentren y que presentan un avanzado estado de descomposición. La recomendación es que sean sepultados en el corto plazo.
Para atenuar los estados de "ansiedad y depresión", el ministerio de Salud impulsa el llamado "Plan de Protección de la Salud Mental ante los efectos de la baja presión y la tormenta tropical Ida".
En tanto, técnicos del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) comenzaron a evaluar los gigantescos deslaves en el volcán Chichontepec, de 2.181 metros sobre el nivel del mar y que fueron los principales causantes de la desgracia en Verapaz, Tepetitán y Guadalupe.
Los técnicos miden lo largo, ancho y profundidad del deslave para determinar el volumen de tierra y piedras que se desprendieron del Chichontepec que ya había sido impactado por los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de 2001 que fracturaron rocas y dejaron frágil la zona.
"Sin lugar a dudas va ser un volumen muy grande de tierra", comentó Díaz.
Uno de los deslaves desvió el cause del río Acahuapa -en la margen norte derecha- sepultando comunidades de la periferia de San Vicente, donde dejó casi medio centenar de muertos, según las autoridades.
El alcalde de la ciudad Medardo Hernández manejó la cifra de que podría haber hasta unos 500 desaparecidos.
Ante el fenómeno natural del fin de semana, Díaz adelantó que se debe hacer una evaluación de las principales ciudades asentadas en el llamado Valle del Jiboa -uno de los más fértiles- para buscar obras de mitigación o reubicar asentamientos poblacionales.
"Tendrá que evaluarse con mayor detalle (el área de riesgo) para ver qué soluciones definitivas se le puede dar a toda la población que vive asentada en el valle de Jiboa que no solo es Verapaz, sino que hay una serie de poblados y que esto (tragedia) no se vuelva a repetir", subrayó el vulcanólogo.
Las comunidades que se pueden declarar inhabitables son las que están asentadas próximas a quebradas que bajan del Chichontepec.
Díaz recordó que en 1934 hubo un caso similar de deslaves que hicieron cambiar de lugar el poblado de Tepetitán.
"Lo que hicieron fue alejarse de la quebrada", indicó. AFP
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