Liliane Bettencourt, la anciana heredera de la fortuna, es acusada por su propia hija por presuntamente dilapidar el capital del imperio de cosméticos.
El destino de la fortuna de Liliane Bettencourt, la rica heredera del imperio L"Oréal y desde hace meses objeto de atención por acusaciones de su propia hija sobre la presunta dilapidación de su capital, volvió a despertar hoy el interés en Francia con nuevas acciones de la Justicia.
Tanto la anciana, de 87 años y considerada la mayor fortuna de Francia, como el artista François-Marie Bannier, al que la hija de la heredera, Françoise Bettencourt-Meyers, acusa de enriquecerse a costa de su madre, presentaron esta semana demandas ante un tribunal próximo a París.
El Tribunal de Nanterre confirmó hoy que las demandas presentadas por ambos tienen relación con "atentado contra la vida privada" de los dos, después de las revelaciones que esta misma semana se publicaron en medios franceses basadas en escuchas presuntamente ilegales.
Un antiguo colaborador de Liliane Bettencourt, sospechoso de haber realizado las grabaciones sobre las escuchas de conversaciones de la dama, ha sido puesto en libertad, pero un informático, al parecer presunto responsable de copiarlas, sigue en prisión provisional, según fuentes judiciales.
El abogado de Françoise Bettencourt Meyers, Olivier Metzner, desmintió esta semana que su clienta tuviera que ver con esas grabaciones, en las que al parecer se revela que la heredera de L"Oréal no está en óptimas condiciones para gestionar su fortuna.
También se da a entender, según esas grabaciones, que Bettencourt tiene propiedades y cuentas bancarias no declaradas y que, por lo tanto, escapan al control de las autoridades fiscales francesas.
La hija de Bettencourt insiste desde hace meses en que el artista Bannier, contra quien comenzará en julio un juicio por las alegaciones de Bettencourt-Meyers, se ha aprovechado durante años de la amistad con su madre, de la que habría conseguido cientos de millones de euros.
Liliane Bettencourt, cuya fortuna se calcula en unos 17.000 millones de euros (unos 23.670 millones de dólares), siempre ha negado que el fotógrafo, al que considera un antiguo amigo, se haya aprovechado de ella.
Su hija, en cambio, considera que el artista ha ejercido durante años una influencia sobre su madre que le habría llevado a obtener desde 1992 varios seguros de vida, numerosos cheques y obras de arte firmadas por Picasso, Matisse, Mondrian, Léger o Man Ray.
La Justicia ha rechazado ya poner bajo tutela judicial a la señora Bettencourt, pero investiga a Bannier para dilucidar si efectivamente sacó provecho de una cierta debilidad de la anciana heredera.
A partir de las revelaciones hechas ahora del contenido de las grabaciones por el sitio en internet Mediapart, medios de comunicación franceses han vinculado el contenido de las conversaciones con la existencia de presuntas cuentas bancarias en Suiza, no declaradas a las autoridades galas.
Además, en las conversaciones grabadas se alude, según los mismos medios, a otras propiedades de Bettencourt en el extranjero y a presuntos intentos de ocultarlas a las autoridades francesas.
EFE
Tanto la anciana, de 87 años y considerada la mayor fortuna de Francia, como el artista François-Marie Bannier, al que la hija de la heredera, Françoise Bettencourt-Meyers, acusa de enriquecerse a costa de su madre, presentaron esta semana demandas ante un tribunal próximo a París.
El Tribunal de Nanterre confirmó hoy que las demandas presentadas por ambos tienen relación con "atentado contra la vida privada" de los dos, después de las revelaciones que esta misma semana se publicaron en medios franceses basadas en escuchas presuntamente ilegales.
Un antiguo colaborador de Liliane Bettencourt, sospechoso de haber realizado las grabaciones sobre las escuchas de conversaciones de la dama, ha sido puesto en libertad, pero un informático, al parecer presunto responsable de copiarlas, sigue en prisión provisional, según fuentes judiciales.
El abogado de Françoise Bettencourt Meyers, Olivier Metzner, desmintió esta semana que su clienta tuviera que ver con esas grabaciones, en las que al parecer se revela que la heredera de L"Oréal no está en óptimas condiciones para gestionar su fortuna.
También se da a entender, según esas grabaciones, que Bettencourt tiene propiedades y cuentas bancarias no declaradas y que, por lo tanto, escapan al control de las autoridades fiscales francesas.
La hija de Bettencourt insiste desde hace meses en que el artista Bannier, contra quien comenzará en julio un juicio por las alegaciones de Bettencourt-Meyers, se ha aprovechado durante años de la amistad con su madre, de la que habría conseguido cientos de millones de euros.
Liliane Bettencourt, cuya fortuna se calcula en unos 17.000 millones de euros (unos 23.670 millones de dólares), siempre ha negado que el fotógrafo, al que considera un antiguo amigo, se haya aprovechado de ella.
Su hija, en cambio, considera que el artista ha ejercido durante años una influencia sobre su madre que le habría llevado a obtener desde 1992 varios seguros de vida, numerosos cheques y obras de arte firmadas por Picasso, Matisse, Mondrian, Léger o Man Ray.
La Justicia ha rechazado ya poner bajo tutela judicial a la señora Bettencourt, pero investiga a Bannier para dilucidar si efectivamente sacó provecho de una cierta debilidad de la anciana heredera.
A partir de las revelaciones hechas ahora del contenido de las grabaciones por el sitio en internet Mediapart, medios de comunicación franceses han vinculado el contenido de las conversaciones con la existencia de presuntas cuentas bancarias en Suiza, no declaradas a las autoridades galas.
Además, en las conversaciones grabadas se alude, según los mismos medios, a otras propiedades de Bettencourt en el extranjero y a presuntos intentos de ocultarlas a las autoridades francesas.
EFE
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