Jasper Schuringa, joven holandés contó como logró controlar el fallido atentado en el avión que cubría la ruta de Amsterdam hacia Detroit (EEUU).
Jasper Schuringa, el "héroe" del vuelo 253 que ha sido celebrado el sábado por todos los medios estadounidenses, contó a CNN cómo se lanzó de un salto y logró controlar al sospechoso del fallido atentado en un avión que cubría la ruta Amsterdam-Detroit.
"Cuando escuchas una explosión en un avión, te espabilas, créeme. Sólo salté, no lo pensé, y sólo fui hasta allí y traté de salvar el avión, creo", dijo el joven holandés, de físico privilegiado, visiblemente cómodo y relajado a pesar de los vendajes en su mano derecha, a causa de las quemaduras.
Los testigos y las autoridades han elogiado a los pasajeros y la tripulación por lograr juntos detener al sospechoso de querer volar el avión, identificado por Estados Unidos como el nigeriano Nigerian Umar Faruk Abdulmutallab, de 23 años.
El holandés, un director de cine que prosiguió su viaje a Miami, donde pasará las vacaciones con amigos, explicó que estaba sentado sobre el lado derecho del Airbus A330, separado del sospechoso por la fila de sillas central y por dos pasillos.
"Cuando vi que el sospechoso estaba encendiendo fuego me asusté, por supuesto, y sin dudarlo salté sobre las sillas y salté sobre él porque pensé que estaba tratando de hacer estallar el avión".
El joven nigeriano, que afirmó luego tener vínculos con la red Al Qaida, intentó hacer estallar un artefacto explosivo a bordo de un avión de la estadounidense Northwest Airlines con 278 pasajeros a bordo.
"Le salté encima y traté de examinarlo, buscando el explosivo, y luego tomé una especie de objeto que estaba fundiéndose y echando humo e intenté apagarlo", contó.
Según este testigo, Umar Faruk Abdulmutallab "tenía algo que hacía fuego escondido en los pantalones (..) El líquido pasó al suelo y encendió dos almohadas.
Fue muy rápido, todo el mundo estaba en pánico".
Schuringa se quemó al intentar apagar el fuego por todos los medios, incluso con sus manos.
Recibió entonces la ayuda de otros pasajeros, que llevaron agua, así como de la tripulación compuesta por "gente muy valiente".
"Agarré al sospechoso junto a una persona de la tripulación, lo llevamos a primera clase y allí lo desnudamos, lo esposamos y nos aseguramos de que no tuviera más armas o bombas".
El joven nigeriano se mantuvo en calma durante todo el proceso y no protestó en ningún momento.
"Estaba muy tranquilo, es todo. Temblaba, pero no se resistió. Tenía el aspecto de un tipo normal. Era difícil creer que había intentado hacer estallar el avión".
Menos de 30 horas después de su heroico gesto, el holandés Schuringa está sobre las nubes en la red social Facebook.
Sus cuatro grupos de seguidores tenían ya 900 miembros a última hora del sábado.
"Arriesgaste tu vida para salvar las de otros", escribe Maraya Holland en un comentario en línea.
AFP
"Cuando escuchas una explosión en un avión, te espabilas, créeme. Sólo salté, no lo pensé, y sólo fui hasta allí y traté de salvar el avión, creo", dijo el joven holandés, de físico privilegiado, visiblemente cómodo y relajado a pesar de los vendajes en su mano derecha, a causa de las quemaduras.
Los testigos y las autoridades han elogiado a los pasajeros y la tripulación por lograr juntos detener al sospechoso de querer volar el avión, identificado por Estados Unidos como el nigeriano Nigerian Umar Faruk Abdulmutallab, de 23 años.
El holandés, un director de cine que prosiguió su viaje a Miami, donde pasará las vacaciones con amigos, explicó que estaba sentado sobre el lado derecho del Airbus A330, separado del sospechoso por la fila de sillas central y por dos pasillos.
"Cuando vi que el sospechoso estaba encendiendo fuego me asusté, por supuesto, y sin dudarlo salté sobre las sillas y salté sobre él porque pensé que estaba tratando de hacer estallar el avión".
El joven nigeriano, que afirmó luego tener vínculos con la red Al Qaida, intentó hacer estallar un artefacto explosivo a bordo de un avión de la estadounidense Northwest Airlines con 278 pasajeros a bordo.
"Le salté encima y traté de examinarlo, buscando el explosivo, y luego tomé una especie de objeto que estaba fundiéndose y echando humo e intenté apagarlo", contó.
Según este testigo, Umar Faruk Abdulmutallab "tenía algo que hacía fuego escondido en los pantalones (..) El líquido pasó al suelo y encendió dos almohadas.
Fue muy rápido, todo el mundo estaba en pánico".
Schuringa se quemó al intentar apagar el fuego por todos los medios, incluso con sus manos.
Recibió entonces la ayuda de otros pasajeros, que llevaron agua, así como de la tripulación compuesta por "gente muy valiente".
"Agarré al sospechoso junto a una persona de la tripulación, lo llevamos a primera clase y allí lo desnudamos, lo esposamos y nos aseguramos de que no tuviera más armas o bombas".
El joven nigeriano se mantuvo en calma durante todo el proceso y no protestó en ningún momento.
"Estaba muy tranquilo, es todo. Temblaba, pero no se resistió. Tenía el aspecto de un tipo normal. Era difícil creer que había intentado hacer estallar el avión".
Menos de 30 horas después de su heroico gesto, el holandés Schuringa está sobre las nubes en la red social Facebook.
Sus cuatro grupos de seguidores tenían ya 900 miembros a última hora del sábado.
"Arriesgaste tu vida para salvar las de otros", escribe Maraya Holland en un comentario en línea.
AFP
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