El papa Francisco, avergonzado por los abusos sexuales que sacudieron los cimientos de la Iglesia católica, pidió perdón a raíz de estos escándalos.
El 16 de enero de 2018, un acongojado papa Francisco manifestaba, dolor y vergüenza tras los abusos sexuales cometidos por religiosos contra niños y adolescentes.
"Y aquí, no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la iglesia", el pontífice dio estas palabras en su primera visita oficial a Chile, una nación con cada vez menos católicos, sacudida por escándalos de pederastia en el seno de la iglesia.
El papa pudo notar un clima tenso durante su estancia en el país sureño. En su primer día completo de actividades, 3 iglesias fueron incendiadas. En las calles hubo amor para él, pero también marchas en su contra.
Encubrimiento
Los chilenos no olvidaron que en 2015, el papa Francisco nombró obispo de la ciudad de Osorno al cura Juan Barros, acusado de encubrir a Fernando Karadima, cura sentenciado por violar, durante décadas, a jóvenes que él mismo formaba para el sacerdocio.
Las víctimas de abusos en chile le reprocharon al papa que durante su visita no haya escuchado las denuncias de actos pederastas en la iglesia, pese a que al principio manifestó su dolor y vergüenza.
Finalmente, el papa se fue de Chile, pero lejos de quedar cerrado el tema, comenzó un nuevo capítulo. El pontífice envió una comisión especial encabezada por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, para que se reúna con las víctimas, las escuche y pueda elaborar un informe.
Gracias a esta investigación, el papa francisco reconoció el error que cometió al haber dudado de los denunciantes, pidió perdón y solicitó reuniones en El Vaticano con ellos.
Además, pidió un encuentro con todos los obispos chilenos y estos, ante la crisis generalizada por estos escándalos de abusos, encubrimiento e indiferencia, pusieron todos sus cargos a disposición del pontífice. Hasta fines de 2018, el papa ha aceptado la renuncia de 7 obispos chilenos, entre ellos el de Osorno, Juan Barros.
Sanciones contra obispos
La justicia eclesiástica vino de la mano con la justicia civil, y hubo allanamientos a los principales arzobispados en cuestión. Pero el 2018 dejó aún más horror.
El papa Francisco ordenó que el cardenal y arzobispo emérito de Washington, Theodore Maccarrick, de 88 años, permaneciera recluido y apartado de sus funciones tras graves acusaciones de abusos sexuales desde hace 50 años.
Además hubo investigaciones en varios estados sobre la pedofilia dentro de la iglesia. Uno de los datos más escalofriantes provino de Pensilvania, en el que se halló evidencia de que más de 300 sacerdotes católicos abusaron de más de mil menores durante dos décadas.
Los investigadores escucharon a decenas de testigos y revisaron más de medio millón de documentos. El informe señala que muchas de las víctimas eran monaguillos y seminaristas, y que algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía.
La investigación, considerada la más exhaustiva hasta ahora en la iglesia católica estadounidense, generó que otros estados como Virginia, Washington DC, nueva york, nueva jersey, Misuri, Nuevo México y Nebraska anunciaran indagaciones similares.
En Alemania, en tanto, una investigación de la propia conferencia episcopal de ese país sacó a la luz que más de 3600 niños, la mayoría de 13 años o menores, fueron abusados sexualmente por miembros del clero a lo largo de las últimas siete décadas
El estudio encontró que por lo menos 1670 trabajadores de la iglesia habían estado involucrados. Mientras que en Australia, la justicia anuló la condena a un año de cárcel a un antiguo obispo llamado Philip Wilson, de 68 años, acusado de haber encubierto a un sacerdote pederasta en los años 70.
Ante la crisis de la iglesia católica, el papa Francisco ha convocado desde el 21 hasta el 24 de febrero de 2019 a todos los obispos del mundo para una cumbre sin precedentes en roma, que estará centrada, precisamente, en la protección de menores.
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