La historia, tal como la conocemos, está basada en un mosaico del pintada en el siglo VI.
(Agencia N + 1 / Víctor Román). El 6 de enero es la celebración de los Reyes Magos en España y varios países latinoamericanos. Sin embargo, aunque la festividad es lo suficientemente importante para la cultura de estos países como declarar días de fiesta (feriado), la Biblia solo los menciona brevemente y lo más probable es que ni siquiera hayan existido.
"Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?»". Dice el evangelio de Mateo (2, 1-2), en la traducción Reina-Valera de 1960.
Como se puede apreciar, el texto bíblico nunca menciona que hayan sido tres, o que sean reyes… o por último, hombres. Es más, durante la época del supuesto nacimiento de Jesús, la magia estaba mal vista, por lo que hablar de “magos” suena inconsistente con las creencias de la época.
El origen de la confusión
En todo caso ¿cómo así los magos terminaron adquiriendo esos nombres, siendo tres y reyes? La explicación más aceptada es que la tradición católico-cristiana recogió estos datos de un mosaico del siglo VI pintado en la iglesia de San Apolinar Nuovo en Rávena, Italia. En esa pintura se pueden apreciar tres hombres vestidos con atuendos persas y llevando obsequios en sus manos. Arriba de cada uno puede leerse Balthassar, Melchior y Gaspar. Ninguno de ellos tiene la piel oscura.
Además de no haber ninguno registro histórico de los personajes fuera de la Biblia cristiana, tampoco existe evidencia de que Herodes (el rey de Judea en la época y a quien encontraron brevemente los magos antes de ir a ver a Jesús) haya mandado a asesinar niños tal y como lo relata la mitología cristiana.
Inexactitudes históricas aparte, la leyenda de los Reyes Magos ha sido siempre cambiante, por lo tanto tiene poco sentido oponerse a que minorías participen de las festividades. Finalmente lo que el Cristo (divino o no) dejó en sus enseñanzas es que debíamos amarnos los unos a los otros… y eso implica respetarnos.
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