El abogado de la empresa brasileña reveló que hasta se pagaba a las esposas y amantes de funcionarios y dirigentes.
Rodrigo Tacla (44) fue letrado del Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht y conoce de primera mano los secretos de la compañía, acusada del pago de millonarios sobornos en diversos países de la región, incluido el Perú, a cambio de recibir jugosas concesiones de obras.
El abogado fue contactado por el diario El País en Madrid, donde será juzgado por los delitos de soborno, blanqueo y pertenencia a una organización criminal. Tacla no tuvo reparos en reconocer los negocios de la empresa brasilera, asegurando que esta “sobornó a más de mil personas en el mundo”.
El letrado reveló que Odebrecht no solo sobornaba con fuertes sumas de dinero, sino también organizaba fastuosas y desenfrenadas fiestas para los funcionarios de la región. También ponían a disposición de sus objetivos prostitutas de élite, que eran llevadas exclusivamente desde Brasil.
“Odebrecht también organizaba fiestas. Y enviaba mujeres desde Brasil a celebraciones con políticos en Panamá y República Dominicana. Era la forma de la constructora de expresar su agradecimiento. Aunque luego eso también se convertía en un chantaje”, contó al diario español.
Chantajes. Tacla no escondió la estrategia de la empresa, que consistía en tomar fotografías de los funcionarios en plena fiesta, para luego utilizarlas para conseguir sus objetivos. “El responsable de Odebrecht en Panamá, André Rabello, sabía cómo utilizar esas fotos. Rabello manejaba información sobre las esposas y las relaciones extraconyugales de los políticos panameños. La constructora hacía regalos a sus mujeres”.
En Panamá, por poner un ejemplo, los ofrecimientos de Odebrecht llegaron al punto de intentar regalarle un avión al expresidente Ricardo Martinelli. Esto ocurrió en 2014. “El político lo rechazó. La constructora quería quedar bien con Martinelli y con el candidato de su partido (el oficialista Cambio Democrático) que concurría a las elecciones generales de 2014, José Domingo Arias, Mimito”.
Tacla reconoció que Odebrecht aceptó un acuerdo de colaboración con la Justicia -que supone un reconocimiento de culpabilidad- debido a que había mucha presión de los empleados. “Si los directivos no hubieran accedido al acuerdo, los trabajadores lo habrían hecho individualmente. Y la empresa no habría controlado el proceso”, apuntó.
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