Ambos candidatos comenzaron sus actividades con el fin de captar a los votantes que en primera vuelta optaron por Marco Enríquez Ominami y Jorge Arrate.
Los equipos electorales de
Sebastián Piñera y de Eduardo Frei comenzaron a perfilar hoy sus
estrategias para conseguir el apoyo mayoritario de los chilenos en
la segunda vuelta de los comicios presidenciales, el 17 de enero.
Tras la jornada de este domingo, que para el derechista Piñera, el más votado, terminó en una fiesta familiar que se prolongó hasta las cuatro de la madrugada, ambos candidatos comenzaron hoy muy temprano sus actividades con el fin de captar a los votantes que en la primera vuelta optaron por el independiente Marco Enríquez Ominami (20,13%) y el izquierdista Jorge Arrate (6,21%).
Piñera, que se alzó como ganador de la primera vuelta con el 44,05% de los votos, denunció hoy la "brutal intervención electoral" del Gobierno para impedir su triunfo y favorecer a su oponente, el oficialista Eduardo Frei.
"Que ha habido intervención electoral en Chile lo he visto con mis propios ojos y desgraciadamente estoy preparado para seguir viéndolo", declaró Piñera a un grupo de corresponsales extranjeros.
Dueño de una fortuna personal calculada en 1.000 millones de dólares, Piñera ha sido blanco de las críticas de la Concertación y del propio candidato oficialista por su desempeño simultáneo como político y empresario.
Tras rechazar las comparaciones con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, Piñera advirtió a la nueva jefa del comando electoral de Frei, la hasta hoy ministra portavoz, Carolina Tohá, que si la Concertación se empeña en seguir atacándole por sus negocios, "ése es el camino directo a su derrota electoral".
El abanderado de la Coalición por el Cambio, que aglutina a los dos principales partidos de la derecha chilena, aseguró que no habrá ley de "punto final" para dar carpetazo a los juicios por violaciones de los derechos humanos, y precisó que piensa derogar la Ley de Amnistía aprobada durante el régimen militar.
En política exterior, Piñera manifestó su "absoluto respaldo" al gobierno de la socialista Michele Bachelet en el litigio con Perú sobre la demarcación de la frontera marítima, y apuntó que si gana, pedirá conocer el documento que Chile presentará en marzo ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
Además, condenó el "quiebre de la democracia que hubo en Honduras" con el derrocamiento de Manuel Zelaya, y expresó su respeto por el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para el uso de bases militares en el combate al narcotráfico y la guerrilla.
Por último, Piñera aceptó reconocer el voto de chilenos que temporalmente residan en el exterior y "perfeccionar" el sistema electoral, al tiempo que destacó la incorporación del Partido Comunista al Parlamento, del que ha estado excluido los últimos 36 años.
En tanto, el ex presidente Eduardo Frei, que tuvo un apoyo del 29,60% en la primera vuelta e incorporó como nueva jefa de campaña a Carolina Tohá, que hoy renunció como ministra portavoz del Gobierno, afirmó que en esta cruzada no hay pausa.
"Esta es una etapa (segunda vuelta) totalmente distinta, muy difícil, pero no tengo ninguna duda del resultado", recalcó Frei que fue presidente de 1994 a 2000.
El candidato oficialista agradeció el gesto de la presidenta Michelle Bachelet de dejar partir a Tohá, aunque su salida del gabinete desató rápidamente las críticas de la derecha.
"El Gobierno se está desentendiendo de su labor de gobernar hasta el final y está más preocupado del poder que de los chilenos y ésa es una muy mala señal", aseguró Juan Antonio Coloma, presidente de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
La ahora ex ministra es la segunda integrante que abandona el gabinete de Bachelet para integrarse en el comando de Frei. La anterior fue la titular del Servicio Nacional de la Mujer, Laura Albornoz.
Frei se concentró este lunes en erigirse como representante de las fuerzas progresistas.
"Yo recibí con humildad un mandato ayer. Había tres candidatos que representan las fuerzas progresistas y democráticas. El electorado voluntariamente me eligió a mí para que los representara en la segunda vuelta", afirmó.
Tras la jornada de este domingo, que para el derechista Piñera, el más votado, terminó en una fiesta familiar que se prolongó hasta las cuatro de la madrugada, ambos candidatos comenzaron hoy muy temprano sus actividades con el fin de captar a los votantes que en la primera vuelta optaron por el independiente Marco Enríquez Ominami (20,13%) y el izquierdista Jorge Arrate (6,21%).
Piñera, que se alzó como ganador de la primera vuelta con el 44,05% de los votos, denunció hoy la "brutal intervención electoral" del Gobierno para impedir su triunfo y favorecer a su oponente, el oficialista Eduardo Frei.
"Que ha habido intervención electoral en Chile lo he visto con mis propios ojos y desgraciadamente estoy preparado para seguir viéndolo", declaró Piñera a un grupo de corresponsales extranjeros.
Dueño de una fortuna personal calculada en 1.000 millones de dólares, Piñera ha sido blanco de las críticas de la Concertación y del propio candidato oficialista por su desempeño simultáneo como político y empresario.
Tras rechazar las comparaciones con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, Piñera advirtió a la nueva jefa del comando electoral de Frei, la hasta hoy ministra portavoz, Carolina Tohá, que si la Concertación se empeña en seguir atacándole por sus negocios, "ése es el camino directo a su derrota electoral".
El abanderado de la Coalición por el Cambio, que aglutina a los dos principales partidos de la derecha chilena, aseguró que no habrá ley de "punto final" para dar carpetazo a los juicios por violaciones de los derechos humanos, y precisó que piensa derogar la Ley de Amnistía aprobada durante el régimen militar.
En política exterior, Piñera manifestó su "absoluto respaldo" al gobierno de la socialista Michele Bachelet en el litigio con Perú sobre la demarcación de la frontera marítima, y apuntó que si gana, pedirá conocer el documento que Chile presentará en marzo ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
Además, condenó el "quiebre de la democracia que hubo en Honduras" con el derrocamiento de Manuel Zelaya, y expresó su respeto por el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para el uso de bases militares en el combate al narcotráfico y la guerrilla.
Por último, Piñera aceptó reconocer el voto de chilenos que temporalmente residan en el exterior y "perfeccionar" el sistema electoral, al tiempo que destacó la incorporación del Partido Comunista al Parlamento, del que ha estado excluido los últimos 36 años.
En tanto, el ex presidente Eduardo Frei, que tuvo un apoyo del 29,60% en la primera vuelta e incorporó como nueva jefa de campaña a Carolina Tohá, que hoy renunció como ministra portavoz del Gobierno, afirmó que en esta cruzada no hay pausa.
"Esta es una etapa (segunda vuelta) totalmente distinta, muy difícil, pero no tengo ninguna duda del resultado", recalcó Frei que fue presidente de 1994 a 2000.
El candidato oficialista agradeció el gesto de la presidenta Michelle Bachelet de dejar partir a Tohá, aunque su salida del gabinete desató rápidamente las críticas de la derecha.
"El Gobierno se está desentendiendo de su labor de gobernar hasta el final y está más preocupado del poder que de los chilenos y ésa es una muy mala señal", aseguró Juan Antonio Coloma, presidente de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
La ahora ex ministra es la segunda integrante que abandona el gabinete de Bachelet para integrarse en el comando de Frei. La anterior fue la titular del Servicio Nacional de la Mujer, Laura Albornoz.
Frei se concentró este lunes en erigirse como representante de las fuerzas progresistas.
"Yo recibí con humildad un mandato ayer. Había tres candidatos que representan las fuerzas progresistas y democráticas. El electorado voluntariamente me eligió a mí para que los representara en la segunda vuelta", afirmó.
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