Insurgentes contaron cómo el pasado 20 de octubre hallaron al extinto dictador libio escondido en una alcantarilla en Sirte. No podían creer que habían encontrado al autoproclamado ´rey de reyes´.
Omram Yuma Shaban, de 21 años, aparentemente tímido y de voz débil, por primera vez dio detalles de cómo fue la captura del exdictador libio Muamar el Gadafi, que en su momento fue el hombre más buscado del mundo después del extinto terrorista islámico Osama bin Laden.
El joven contó que se unió a la insurgencia en abril pasado, “porque los soldados de Gadafi empleaban en Misrata los métodos más sucios”.
“En marzo, en mi barrio, cualquier hombre que salía de casa era detenido; mataban a niños, violaban a mujeres...", señaló en entrevista a el diario El País de España.
El pasado 20 de octubre tras un bombardeo de la OTAN, Shaban, junto a un comerciante de 28 años, Salem Bakir, y otros seis insurgentes, comenzaron a rastrear el barrio 2 de Sirte, la zona en donde se había producido el ataque.
Refiere que vieron un convoy destrozado y cadáveres esparcidos por el lugar, que permanecieron seis días allí sin ser recogidos. No muy lejos estaban unos túneles de cemento, conductos que sirven para evitar inundaciones.
"Nuestro líder está aquí", gritó de repente el soldado dispuesto a rendirse. Efectivamente Gadafi se escondía en una alcantarilla, el lugar que menos hubieran pensado para quien se autoproclamaba ‘el rey de reyes’.
"No creía lo que veían mis ojos. Nadie pensaba que Gadafi estaba ahí. Es muy difícil describir mis sensaciones. Pero ahora creo que capturé al mayor terrorista del mundo, después de Osama bin Laden", expresó Omran.
"Cuando le vi gateando, pensé: "¿cómo el rey de reyes podía estar ahí como una rata?", dijo Ahmed Ghazal, otro de los insurgentes.
Bakir, por su parte, narró que fue el primero en ver al exdictador cuando ya estaba fuera de la tubería y a dos metros de él. “Me quedé conmocionado y paralizado. Pero toqué el Corán que llevo en el bolsillo, y eso me dio fuerzas para chillar: "¡Aquí está Khadafi!, ¡aquí está Khadafi!" Le dije que soltara su arma tres veces, pero no lo hizo. Y él me dijo: "¿Qué pasa?, ¿qué pasa?, ¿qué pasa?", manifestó.
Shaban, que estaba sobre una camioneta, saltó al suelo. "Yo estaba viendo al otro lado de la tubería que los militares dejaban fusiles en el suelo, pero aún los tenían en las manos y podían disparar. Me dio miedo. Entonces me abalancé sobre Gadafi y le quité una de las pistolas, la que no es de oro. No sé de dónde me salió la fuerza", recordó.
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