La ciudad brasileña vio afectados sus medios de transporte y tuvo que reforzar su patrullaje policial, en tanto que varias personas quedaron atrapadas en elevadores.
El apagón que afectó Brasil la noche del martes al miércoles paralizó la ciudad de Rio de Janeiro, que vio afectados sus medios de transporte y tuvo que reforzar su patrullaje policial, en tanto los bomberos se vieron superados por llamadas de personas atrapadas en elevadores.
Según el gobierno, Rio de Janeiro fue el estado más afectado por el apagón: la oscuridad en el centro fue total, pudo constatar un periodista de AFP, y la radio indicó que el servicio del tren subterráneo quedó paralizado con un número considerable de pasajeros dentro.
La empresa operadora del metro debió exhortar a evitar el pánico, algo muy fácil de sufrir en una ciudad marcada por la violencia urbana.
Además, algunas empresas de telefonía celular sufrieron cortes y dejaron incomunicados a parte de la población.
Muchos bares y restaurantes quedaron a oscuras sorpresivamente- el apagón comenzó a las 22h15 (00h15 GMT)- lo que llevó a gran cantidad de clientes a abandonarlos sin pagar.
Las personas debían animarse a salir a las calles totalmente oscuras munidos de velas, encendedores o encendiendo celulares para poder volver a casa, comprobaron periodistas de la AFP.
Ante esto, las policías Civil y Militarizada (PM) redoblaron el patrullaje urbano y convocaron a agentes liberados para retornar a sus puestos, además de exhortar a la población a permanecer en casa.
La televisión y radios locales informaron que recibieron múltiples denuncias de personas que dijeron ser víctimas de asaltantes que aprovecharon la situación para atacar peatones.
Y según voceros de los bomberos, fue imposible atender todos los llamados de personas que quedaron presas en ascensores de residencias u oficinas.
El apagón- que sería consecuencia de una falla en líneas de transmisión de la represa Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay- también tuvo perjuicios para la empresa que distribuye el agua potable en Rio, con lo cual algunos barrios vieron cortado su abastecimiento.
El tránsito también se hizo difícil.
Los semáforos en las avenidas y calles estaban apagados, lo que generó complicaciones en el tráfico, con embotellamientos en varias vías expresas, comprobaron periodistas de la AFP.
Mientras, los dos aeropuertos de Rio- el internacional Tom Jobim y el doméstico Santos Dumont- vieron complicada su actividad, aunque pudieron funcionar parcialmente con ayuda de generadores, sin poder evitar la reducción del número de aterrizajes y despegues de aviones.
AFP
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