Los migrantes intentaban llegar a Europa en una precaria embarcación desde las costas Libia cuando naufragaron frente a Túnez.
Al menos 70 personas desaparecieron al naufragar la embarcación precaria en la que pretendían viajar de forma irregular a Europa desde las costas libias, informó hoy la agencia de noticias estatal tunecina TAP.
Según la fuente, el bote neumático fue avistado por barcos de pesca locales cuando navega a la deriva en aguas internacionales, a unas 40 millas de la ciudad meridional de Sfax, capital económica de Túnez.
Los pescadores avisaron a la Marina Nacional tunecina, que llegó a la zona y logró rescatar a otras 16 personas con vida, la mayoría de ellas ciudadanos de países de África subsahariana, que fueron trasladados a un hospital de la localidad.
A finales de abril, el primer ministro tunecino, Youssef Chahed, se mostró preocupado ante el aumento de llegadas de inmigrantes provenientes de Libia, país vecino que se encuentra sumido en una guerra civil desde 2011.
"Tememos que la experiencia de 2011, con la llegada de refugiados a Túnez, se repita", declaró el jefe del Gobierno en alusión a los combates que desde hace un mes se libran en Trípoli entre el Gobierno reconocido por la ONU en la capital y las tropas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, el hombre fuerte del país.
Migrantes en medio de la guerra
El mariscal, que tutela un gobierno propio con sede en Tobruk, inició el cerco a Trípoli el pasado 4 de abril, durante la visita oficial a la capital libia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional.
En las casi tres semanas de combates han muerto más de 550 personas, mientras alrededor de 2.000 resultaron heridas y más de 30.000 se han visto obligadas a desplazarse de forma interna, según la Organización Mundial de la Salud.
Los combates han afectado igualmente a los miles de migrantes que están confinados en centros de detención del sur de Trípoli y a los que se intenta trasladar a lugares más seguros en el norte de la ciudad.
Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.
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