Entre 1998 y 2000 una guerra provocó 80 mil muertos entre ambos países. Este lunes la delegación de Etiopía recibió una calurosa bienvenida en las calles de Asmara, la capital eritrea.
Después de 20 años de conflicto fronterizo, los países africanos Eritrea y Etiopía fumaron la pipa de la paz, justo un día después de una cumbre histórica entre sus jefes de Estado quienes, acordaron restablecer sus relaciones comerciales, sociales y económicas.
El texto firmado por el presidente de Eritrea, Issaias Afeworki, y el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, en la ciudad de Asmara declara que el "estado de guerra que existía entre los dos países llegó a su fin".
"Se inicia una nueva era de paz y de amistad", indicó el ministro de Información eritreo, Yemane Gebremeskel, en su cuenta Twitter. "Los dos países obrarán para promover una estrecha cooperación en los sectores político, económico, social, cultural y de seguridad", añadió.
Acuerdos
El documento estipula la reanudación del comercio, los transportes y las telecomunicaciones, las relaciones diplomáticas y la implementación del acuerdo de paz de 2000 firmado en Argel. En este primer encuentro en 20 años entre los dos más altos dirigentes eritreo y etíope, la delegación se Etiopía recibió una calurosa bienvenida en las calles de Asmara.
"Nos pusimos de acuerdo para reanudar el tráfico aéreo y marítimo, para la circulación de las personas entre nuestros dos países y la reapertura de embajadas", había declarado el domingo por la noche Abiy Ahmed en una cena en su honor. "Derribaremos el muro y, con amor, construiremos un puente entre nuestros dos países", había agregado, lírico, el joven primer ministro de 42 años.
Países en conflicto
En mayo de 1998 comenzó la guerra entre ambos países y se prolongó hasta el 2000. Eritrea quería independizarse de Etiopía desde 1962 y lo consiguió en 1991 con un referéndum. El meollo del asunto era que en este acuerdo habían vacíos, no comnemplaba una demarcación definitiva en la frontera.
La zona en disputa incluye la ciudad de Badme, cuya soberanía fue otorgada a Eritrea en 2002. Las tropas etíopes debían retirarse de la zona. Los últimos combates en esa región se registraron hace dos años.
La ocupación de esta ciudad por Etiopía y la necesidad de defenderse de su vecino son desde hace años los argumentos utilizados por el presidente Issaias, en el poder desde 1993, para justificar un régimen considerado como entre los más represivos del mundo.
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