La muerte de unos 20 elefantes, así como de otros animales salvajes, ha llevado al Gobierno de Sri Lanka a anunciar medidas de lucha contra la contaminación.
Las impactantes imágenes de unos elefantes comiendo plástico llevaron a las autoridades de Sri Lanka a anunciar medidas de lucha contra la contaminación, en un país afectado por la acumulación de desechos y confrontado a una crisis económica.
Tras la muerte en diez años de unos veinte paquidermos y muchos animales salvajes, una ley que prohíbe los plásticos desechables tras un único uso, entrará en vigor en las próximas semanas.
Bolsas, botellas y otros empaques también tapan las alcantarillas, provocando inundaciones en las zonas urbanas.
Además, podría producirse un recrudecimiento del dengue, una enfermedad potencialmente mortal transmitida por mosquitos que se reproducen en aguas estancadas, como las que se acumulan tras la lluvia en los recipientes abandonados.
"Queremos sensibilizar a la población sobre el uso responsable de los plásticos", declaró a AFP Anil Jasinghe, ministro del Medioambiente.
Con esta ley quedará prohibida la venta de una serie de artículos de plástico de uso único, nocivos para el medioambiente, difícilmente reciclables y que pueden ser reemplazados con facilidad. En la mira están cubiertos, vasos, pajillas y guirnaldas de flores.
No obstante, la aplicación de esta nueva reglamentación se anuncia complicada.
En 2006, el gobierno prohibió las bolsas plásticas ultrafinas y los empaques alimentarios pero los fabricantes no aplicaron la medida.
Sensibilización al medioambiente
Según el ministro Jasinghe, un modo de producción más respetuoso pasa por una mejor sensibilización ante los retos ambientalistas.
El gobierno trató de nuevo, en vano, prohibir las bolsas de plástico en mercados luego del accidente ocurrido en un inmenso basurero que causó una treintena de muertos en 2017. Una montaña de basuras se desplomó, sepultando una parte de los suburbios de la capital Colombo.
Además de que los fabricantes no respetan la legislación, Sri Lanka, un país que se encuentra en quiebra, tiene dificultades para poder recolectar y reciclar.
La histórica crisis económica desatada a fines de 2021 causó una gran acumulación de desperdicios debido a la penuria de combustible que sufren los recolectores de basura.
Según la ONU, este país del sudeste asiático sólo recicla el 3 % de los productos plásticos que consume, o sea menos de la mitad del promedio mundial (7,2 %).
Las botellas de plástico no se incluyen en la nueva prohibición, pero la mayor empresa de reciclar del país afirma que está en capacidad de tratar dos terceras partes más de lo que hace ahora. (AFP)
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