El dirigente asumió el mando de Corea del Norte luego la muerte de su padre, Kim Jong-il, el 17 de diciembre de 2011.
Después de 10 años en el poder, el dirigente norcoreano Kim Jong-un se ha convertido en uno de los líderes mundiales más experimentados y, a sus 37 años, puede seguir desafiando durante décadas a Occidente con su arsenal nuclear, según los analistas.
Sus diez primeros años de mandato permiten vislumbrar su futura trayectoria, apostando por el desarrollo del armamento nuclear para pasar del aislamiento a hacerse un lugar en el tablero geopolítico internacional con los líderes más poderosos del mundo.
"Corea del Norte va a mantener su confrontación con Estados Unidos y el acoso desafiándolo tácticamente, pero asegurándose no cruzar la línea para no hacer descarrilar por completo las relaciones", dijo a la AFP el investigador del Instituto para la Unificación Nacional de Corea, Kim Jin-ha.
Durante más de seis años, tras heredar a los 27 años el poder de su padre y predecesor Kim Jong-il, fallecido el 17 de diciembre de 2011, Kim Jong-un no abandonó su aislado país ni se reunió con ningún jefe de Estado extranjero.
Inicialmente visto como un títere de los generales de Corea del Norte y de los burócratas del Partido del Trabajo, Kim Jong-un consolidó brutalmente su autoridad en 2013, ejecutando a su tío Jang Song-thaek por traición.
También fue señalado por el asesinato con un agente nervioso de su medio hermano mayor, Kim Jong-nam, en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
Programa nuclear
Al mismo tiempo, Kim aceleró el prohibido programa nuclear de Corea del Norte.
Cuatro de los seis ensayos nucleares realizados por el país fueron bajo su mandato. Y en 2017 lanzó unos misiles balísticos con capacidad de alcanzar todo el territorio de Estados Unidos, desafiando las cada vez más severas sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Durante meses, intercambió aguerridos mensajes con el presidente estadounidense Donald Trump, alimentando temores de un conflicto armado.
Pero después declaró "completo" el arsenal nuclear del país y llamó a la puerta del mundo exterior.
Con la ayuda del presidente pacifista surcoreano Moon Jae-in, en 2018 Kim Jong-un se convirtió en el primer dirigente norcoreano en reunirse con un presidente estadounidense en el cargo en una cumbre en Singapur.
Soo Kim, analista en la RAND Corporation, asegura que fue el arsenal nuclear de Pyongyang el que hizo posible el encuentro.
"El desarrollo de Corea del Norte de su programa armamentístico, la credibilidad de la amenaza nuclear y de misiles y la fortuita convergencia de liderazgos (Trump, Moon y Kim) ayudó a preparar las condiciones", dice esta experta.
Después del primer encuentro, Trump dijo haber entablado "un vínculo especial", incluso habló de "amor", con la persona a la que antes había tildado de "pequeño hombre cohete".
Ese mismo año, Kim mantuvo contactos con Moon y varias reuniones con el chino Xi Jinping, el principal aliado de Pyongyang.
"El dictador cruel, de aspecto cómico, se había transformado en un reformista, pacifista y responsable administrador de arsenales nucleares y gulags posiblemente dispuesto a la desnuclearización", indica Sung-yoon Lee, profesor de Estudios Coreanos en la Universidad Tufts (EEUU).
Pero el romance duró poco: una segunda cumbre entre Trump y Kim en Hanói fracasó por los desacuerdos sobre la retirada de sanciones y las concesiones que Pyongyang haría a cambio.
Trump se marchó en avión de la capital vietnamita y Kim tomó un tren para un trayecto de 60 horas de vuelta a casa.
Un encuentro posterior en la zona desmilitarizada que divide la península de Corea no sirvió para romper el bloqueo.
"Adversario común"
Altos responsables y analistas aseguran que Kim nunca estuvo dispuesto a renunciar por completo a su arsenal nuclear, por el que Corea del Norte ha trabajado durante décadas con un alto costo en recursos y aislamiento, y que sigue en desarrollo.
"No puede alimentar a su pueblo, pero consigue mantener la supervivencia política del régimen" con sus armas, dice Soo Kim de RAND Corporation. "Y eso es más importante para Kim", añade.
Y con Estados Unidos y China encaminados a un largo periodo de tensiones, Kim tiene la oportunidad de emular a su abuelo Kim Il-sung.
El fundador de Corea del Norte aprovechó las tensiones entre Moscú y Pekín para enfrentar a los dos países comunistas.
Los vínculos entre Pyongyang y Pekín forjados cuando unieron fuerzas en la guerra de Corea eran "una relación de amor-odio entre dos amigos-enemigos", dijo el profesor Lee.
"Ninguno adora al otro, pero reconoce que el otro es su mejor aliado en términos de estrategia, ideología, historia y en contener a Estados Unidos, el adversario común", agregó. (AFP)
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