La aprobación de esta medida significó la división entre el partido de la canciller alemana y el Partido Social Demócrata, a cuyo representante se enfrentará en las próximas elecciones.
El Parlamento de Alemania, con el voto en contra de la canciller, Angela Merkel, aprobó este viernes la legalización del matrimonio homosexual. La decisión se dio en una polémica sesión en la que los socialdemócratas rompieron su acuerdo de coalición con los conservadores, a tres meses de las elecciones generales.
Con 393 votos a favor, 226 en contra y cuatro abstenciones, en la última sesión plenaria de la legislatura en el Bundestag (cámara baja), Alemania se sumó a los 22 países que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. La iniciativa había quedado fuera del acuerdo de gran coalición en 2013 y el Partido Socialdemócrata (SPD), que respetó el pacto los últimos cuatro años, aseguró que sería requisito imprescindible para participar en un futuro nuevo gobierno, lo mismo que hicieron los liberales y los verdes.
Alianza divivida. Merkel abrió el lunes la puerta a tomar una "decisión en conciencia" y el SPD decidió forzar una votación esta misma semana, sin esperar a los comicios del 24 de septiembre. La canciller, que calificó de "triste" la situación, dio libertad de voto a sus diputados. "Para mí el matrimonio, en la Constitución, es el matrimonio de un hombre y una mujer y por eso no he apoyado el proyecto", dijo tras la sesión.
Los socialdemócratas se anotaron un punto importante en la precampaña electoral y Merkel ha tenido que escuchar las críticas de su propio partido. Sin embargo, le evita un asunto espinoso en septiembre, cuando confía en ser elegida para un cuarto mandato y debería buscar un socio de gobierno. El proyecto fue respaldado por los diputados del SPD, de La Izquierda y los Verdes, además de miembros de la bancada conservadora.
Tensión preelectoral. "Esta decisión quizá no es buena para la coalición, pero es buena para las personas, y buena para el Parlamento", declaró el portavoz socialdemócrata, Thomas Oppermann. También rechazó que sea necesario reformar la Constitución alemana, como piden sectores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel. El líder del grupo conservador, Volker Kauder, portavoz de quienes defienden el matrimonio tradicional y denunció el "oportunismo político" de sus socios.
La Izquierda y los Verdes se felicitaron por la aprobación de la iniciativa y reivindicaron su lucha durante décadas por los derechos de los homosexuales, entre aplausos de muchos de los invitados a la sesión. Salvo algunas excepciones, en la mayoría de los discursos de la sesión predominaron las llamadas a respetar las diferentes opiniones, un mensaje que también lanzó Merkel confiando en que, tras un debate "emocional", la votación genere paz social y cohesión. EFE
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