El misterio del caso de los restos hallados en la nunciatura de Roma da un nuevo giro. Ahora, través de una serie de preocupantes coincidencias, se vincula con la desaparición de una mujer en los años sesenta.
El Vaticano autorizó la apertura de sus archivos a los detectives italianos que indagan sobre el esqueleto y los huesos descubiertos en la nunciatura de Roma sobre los que se barajan distintas hipótesis. Los restos humanos, probablemente de dos personas diferentes, entre ellos los de una mujer por sus proporciones, fueron descubiertos el lunes por obreros bajo el pavimento de la casa del cuidador, anexa a la embajada.
Según medios de prensa local, que se han sumergido en el caso, los huesos podrían ser de la esposa de uno de los cuidadores que desapareció en los años 1960. Esta teoría desmentiría la hipótesis de que se tratase de la joven Emanuela Orlandi, hija de un funcionario de la Santa Sede, desaparecida en los años 1980, uno de los grandes misterios irresueltos de Italia que había sido relacionada con jerarcas de la Iglesia, con la mafia y también con el turco Ali Agca, autor del atentado contra Juan Pablo II en 1981.
Nueva teoría
Los huesos podrían ser en cambio de la mujer del guardián, recordada por la relación conflictiva con su esposo, quien desapareció de la noche a la mañana, sostiene este viernes la prensa italiana. Los investigadores se han concentrado en la documentación sobre las obras de remodelación realizadas y el personal que ha vivido en la sede de la nunciatura, datos que se conservan en la sede del Apsa, el organismo del Vaticano a cargo de los bienes raíces de la Iglesia.
Mientras se establece científicamente la identidad de los huesos con los resultados del test de ADN, que podrían estar listos la próxima semana, la prensa italiana ha barajado varias hipótesis, entre ellas que se trate también de Mirella Gregori, otra chica desaparecida pocas semanas antes de Orlandi, quien residía no muy lejos de la nunciatura. El fiscal jefe de Roma, Giuseppe Pignatone, ha decidido mantener un perfil bajo en este caso y se limitó a abrir una investigación por "homicidio contra desconocidos".
Los detectives han realizado varios interrogatorios e intentan explicar el hallazgo de un cadáver en una dependencia de "Villa Giorgina", en el corazón de Roma, donada al Vaticano en 1949 por un industrial judío, como reconocimiento por haber salvado a tantos judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Según las primeras observaciones los huesos son de una mujer de estatura media.
Coincidencias preocupantes
Varias coincidencias han despertado preocupación y generado todo tipo de especulaciones. La familia de la desaparecida Mirella Gregori vivía en el mismo barrio de la nunciatura y además tenía un bar, lo que suscita sospechas. Según reconstrucciones del diario La Repubblica, un miembro importante de la poderosa banda de la Magliana, con conexiones con la mafia siciliana, también residía a dos pasos de la nunciatura.
La famosa banda de la capital ha sido vinculada desde hace años con el caso de Emanuela Orlandi, después de que la amante del criminal Enrico De Pedis denunciara que fue el autor del asesinato de la joven. La amante aseguró entonces que se trataba de un encargo hecho por el entonces poderoso monseñor Paul Marcinkus, el prelado estadounidense encargado de las finanzas del Vaticano, fallecido en 2006, e involucrado en numerosos escándalos, entre ellos la quiebra del otrora mayor banco del país, el banco Ambrosiano, de Roberto Calvi ("el banquero de Dios", asesinado en Londres en 1982).
En 2012, la fiscalía de Roma y el Vaticano dieron la autorización para la apertura de la tumba de Enrico De Pedis, asesinado en 1990, en una basílica de Roma, con el fin de buscar los restos de Orlandi como aseguraba la amante. En realidad no fueron hallados. El hecho de que De Pedis, un delincuente despiadado, fuera enterrado con todos los honores dentro de una céntrica basílica generó indignación nacional.
Se descubrió luego que fue posible gracias a un sacerdote que conoció en la cárcel y que había trabajado en el pasado curiosamente en la sede de la nunciatura, donde fueron hallados esta semana los restos. Todos elementos que conforman un enorme rompecabezas y que alimentan la esperanza de varias familias de conocer la verdad aún décadas después.
AFP
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