Un diputado del partido opositor PDK le echó agua al jefe de Gobierno, Albin Kurti, mientras hablaba con los parlamentarios, lo que desató la disputa.
El Parlamento de Kosovo vivió este jueves una pelea entre diputados de la oposición y varios ministros del Gobierno, incluyendo el primer ministro, Albin Kurti.
Según el portal de noticias Kossev, un diputado del partido opositor PDK le echó agua al jefe de Gobierno mientras hablaba a los parlamentarios de la actual tensión en el norte de Kosovo, donde se concentra la minoría serbia del país balcánico.
También fue agredido con agua el viceprimer ministro y el estrecho colaborador de Kurti, Besnik Bislimi, quien golpeó al agresor en la cabeza con una botella de cristal.
Entonces se desencadenó una pelea a puñetazos entre decenas de personas, entre ellas diputados y ministros, hasta que el presidente del Parlamento llamó a la policía para calmar la situación.
Mientras tanto, los guardaespaldas ya habían alejado al primer ministro de la multitud.
Se desconoce todavía la causa directa del incidente, de las que las partes involucradas se acusan mutuamente.
La oposición había colocado en el hemiciclo una pancarta con la imagen de Kurti con nariz de "Pinocho" -un personaje de ficción cuya nariz crece cuando miente- y que fue rota por Bislimi.
Los opositores critican al nacionalista de izquierdas Kurti por su política, sobre todo por las tensiones con los serbios y la falta de coordinación con Estados Unidos y otras potencias occidentales, que consideran como principales valedores de su independencia proclamada de forma unilateral en 2008.
La Unión Europea (UE), mediadora en el diálogo de normalización entre Kosovo y Serbia, ha congelado algunos fondos comunitarios a Pristina por las reticencias de Kurti a cumplir sus exigencias para reducir las tensiones en el norte.
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El Gobierno de Kosovo anunció este miércoles que dará pasos en las próximas dos semanas para rebajar las tensiones en la parte norte del país, donde se concentra la minoría serbia.
Los serbokosovares protestan desde mayo contra los alcaldes de la mayoría albanokosovar elegidos en los comicios boicoteados por los serbios de la zona y contra la presencia de la policía especial kosovar en esa parte del país.
El Gobierno kosovar se compromete en un comunicado a no emprender acciones que puedan agravar la situación y reducir en un 25 % la presencia de la policía especial dentro y alrededor de los edificios de Ayuntamientos de los cuatro municipios del norte poblados por serbios.
Después de ese paso, analizará, junto con la misión de la OTAN (KFOR) y la misión policial europea EULEX, la posibilidad de reducir más la presencia de la policía especial kosovar en la zona dependiendo de la situación.
El Gobierno del primer ministro, el nacionalista de izquierdas Albin Kurti, asegura que apoya celebrar nuevas elecciones en los municipios de mayoría serbia tras el verano.
La antigua provincia serbia de Kosovo, de mayoría albanesa, proclamó su independencia en 2008, que Serbia no reconoce, y la UE, con el apoyo de EEUU, media entre los dos países para normalizar sus relaciones.
Las tensiones entre Belgrado y Pristina aumentaron a finales de mayo por el rechazo de los serbokosovares a aceptar los alcaldes albanokosovares en cuatro municipios del norte.
En violentos enfrentamientos de manifestantes serbios con las fuerzas de KFOR resultaron heridas 80 personas, entre ellas, 30 soldados internacionales.
Para la desescalada, la UE exige a Pristina que los alcaldes ejerzan sus cargos en otros edificios hasta que se celebren nuevas elecciones en las que pide la participación incondicional de los serbios.
También exige la retirada de los policías especiales kosovares y la simultánea retirada de los manifestantes serbios.
Ante las reticencias de Pristina a dar pasos para que se reduzcan las tensiones, la UE ha congelado ciertos fondos europeos a Kosovo.
En Belgrado, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, declaró hoy que ha solicitado una reunión con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para pedir protección para la población serbia en Kosovo, que se siente cada vez más discriminada e intimidada por parte de Pristina.
Belgrado acusó la pasada semana al Gobierno de Kosovo de ejecutar una política de "limpieza étnica" contra la minoría serbia del país, y de mantener tensiones en el norte.
(Con información de EFE)
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