Los principales actos de Trump se realizan fuera de Londres para evitar en lo posible las numerosas protestas programadas en contra del republicano.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa Melania inician hoy su primera visita oficial al Reino Unido, en un ambiente de tensiones con el Gobierno británico y una gran oposición de la población.
En un comunicado previo a la llegada, la primera ministra británica, Theresa May, ha subrayado que "no habrá en los próximos años una relación más importante" que la bilateral entre estos dos países, y destacó "la oportunidad de profundizarla" estos días.
"Podremos empezar las conversaciones sobre cómo forjaremos una asociación comercial fortalecida, ambiciosa y a prueba de futuro" para después del ‘brexit’ -salida británica de la Unión Europea (UE)-, afirmó.
Sin embargo, Trump llega al Reino Unido en un momento de debilidad del Gobierno británico, golpeado por la dimisión de dos ministros por discrepancias sobre la estrategia del ‘brexit’, y con una gran oposición de los ciudadanos, que han programado numerosas protestas.
Antes de su visita, el presidente estadounidense encendió aún más los ánimos al declarar que se enfrenta a un Reino Unido "convulso" y sugerir que quizás se reúna con Boris Johnson, uno de los ministros dimisionarios.
A pesar de las diferencias en asuntos globales como el cambio climático, los aranceles comerciales o el acuerdo nuclear con Irán, May tratará de llegar a un consenso con Trump sobre la seguridad común y la futura relación comercial, según Downing Street.
En particular, el Reino Unido desea advertir al presidente de EE.UU. sobre una asociación demasiado cercana con el presidente ruso, Vladímir Putin, con quien el jefe de la Casa Blanca se entrevista el próximo lunes en Finlandia. (EFE)
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