Simpatizantes y detractores del expresidente brasileño llegaron a la sede de la Policía Federal de Curitiba y fueron dispersados por los agentes.
Al menos nueve personas resultaron heridas este sábado en los disturbios que hubo en la entrada de la sede de la Policía Federal de Curitiba, a donde fue trasladado el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
De acuerdo a información de la Policía Militarizada, los incidentes se dieron luego de que explotaran dos supuestos petardos durante la llegada del helicóptero en el que el expresidente fue trasladado a Curitiba. Entonces los oficiales reaccionaron lanzando gases lacrimógenos que obligaron a los partidarios de Lula da Silva a dispersarse.
Las autoridades también usaron balas de goma contra los simpatizantes del expresidente brasileño, quien se entregó hoy a la Policía Federal en Sao Paulo cumpliendo el auto de prisión que dictó en su contra el juez Sergio Moro. Ninguno de los heridos se encuentra en estado grave, aunque algunos fueron trasladados a hospitales de la zona.
Prevención y enfrentamientos
También llegaron al lugar decenas de detractores de Lula da Silva a quienes la Policía obligó a retirarse de forma pacífica, al igual que a los periodistas que cubrían la llegada del exmandatario. En el lugar se estableció previamente un cordón de seguridad previamente con una separación de 30 metros de distancia para evitar enfrentamiento entre los bandos.
Durante la jornada algunos grupos de simpatizantes y detractores de Lula tuvieron acaloradas discusiones. Incidentes similares se repitieron en concentraciones que se realizaron en Sao Paulo, Brasilia, o Sao Bernardo do Campo.
Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) dijo a los periodistas que harbía una vigilia cívica que acabaría cuando Lula Salga. “Lula es una persona diferenciada. Nosotros vamos a tener varias muestras de apoyo, de solidaridad, caravanas, viniendo para acá y es preciso tener esta atención”.
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