El mandatario argentino Alberto Fernández no ha comentado sobre esa renuncia ni ha dicho aún quién le reemplazará.
El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, renunció este sábado en medio de una crisis que ha disparado los tipos de cambio paralelos así como la inflación, y tras meses de críticas de parte de la vicepresidenta Cristina Kirchner y sus allegados.
Guzmán presentó su renuncia con una larga carta al presidente Alberto Fernández, publicada en su cuenta de Twitter, en la cual enumera los desafíos y logros de su gestión sin enunciar los motivos de su dimisión.
De 39 años y considerado un brillante alumno del Nobel de Economía Joseph Stiglitz, en sus dos años y medio de gestión Guzmán logró renegociar una deuda de 66.000 millones de dólares con bonistas extranjeros y también la de 44.500 millones con el Fondo Monetario Internacional.
Pero esos logros -que evitaron la caída de Argentina en default- no han sido suficientes para devolver la confianza a una economía que registra una inflación anualizada de 60%, de las más altas del mundo, y que pese a un estricto control de cambios no consigue estabilizar sus reservas internacionales ni el precio del dólar.
"La hora necesita que quien usted disponga tome las riendas del Ministerio que hasta hoy tuve el honor de conducir", señaló Guzmán en su carta al presidente.
Hasta ahora el mandatario no ha comentado sobre esa renuncia ni ha dicho aún quién le reemplazará.
Resistido por el ala de la vicepresidenta dentro del Frente de Todos (peronismo de centro-izquierda), Guzmán sostuvo que para su reemplazante "será primordial" trabajar en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante.
Para el analista político Carlos Fara, la salida de Guzmán es "un jaque mate a la autonomía del presidente".
"La renuncia va a tener un efecto muy negativo en los mercados. Aunque presidente y vicepresidenta logren un consenso en el manejo de la economía, de ahora en adelante todo queda condicionado por la presión de Cristina Kirchner", dijo Fara a la AFP.
La gestión de Guzmán ha sido criticada por el kirchnerismo desde fines del año pasado, cuando en las legislativas de medio término el Frente de Todos perdió la mayoría en el Senado.
En particular, el kirchnerismo cuestiona la reducción del déficit fiscal para cumplir con las metas acordadas por Argentina con el FMI.
El acuerdo con el Fondo, sometido en marzo a la aprobación del parlamento, dividió a la coalición gobernante, con un sector de legisladors del oficialismo que se ausentó de la votación, entre ellos el diputado Máximo Kirchner, el hijo de la vicepresidenta.
Finalmente, el acuerdo obtuvo la ratificación parlamentaria gracias al apoyo parcial del oficialismo y el que le dio la oposición de centro-derecha de Juntos por el Cambio.
CRECIMIENTO INSUFICIENTE
Hace apenas una semana, el FMI aprobó la primera revisión del programa de facilidades extendidas por unos 44.500 millones de dólares, correspondiente al primer trimestre de este año, y autorizó un desembolso de 4.010 millones para el país sudamericano.
Pero en los días siguientes hubo fuertes movimientos en los mercados, tanto de los bonos de deuda como del tipo de cambio paralelo -en Argentina hay un tipo de cambio oficial y uno paralelo o del dólar "blue"-, y el índice de riesgo país medido por la agencia JP Morgan superó los 2.500 puntos.
El presidente Fernández llegó a decir esta semana que la economía argentina enfrenta "una crisis de crecimiento", a la que atribuyó la escasez de divisas.
En el primer trimestre el Producto Interno Bruto creció 6% interanual y el desempleo fue de 7%, con un índice de pobreza de 37%.
Las reservas internacionales brutas se ubican en 42.471 millones de dólares, pero las netas son muy inferiores según los analistas.
(AFP)
Comparte esta noticia