El estudio de la Sociedad Brasileña de Pediatría reveló que una de las principales causas de mortandad en la juventud están relacionados mayoritariamente con homicidios.
Un niño o un adolescente de hasta 19 años muere cada sesenta minutos por armas de fuego en Brasil, según un estudio de la Sociedad Brasileña de Pediatría divulgado este miércoles por la estatal Agencia Brasil.
Solo en 2016, el último año del que se tienen datos del Ministerio de Salud sobre el asunto, se registraron 9.517 fallecimientos ya sea por disparos accidentales o intencionados, señaló el reporte.
Esa cifra supone un trágico récord para la serie histórica y casi dobla a los 4.846 casos notificados en 1997. Desde 1997 y 2016, el número de jóvenes de hasta 19 años muertos por armas de fuego alcanzó los 145.000.
Brasil es considerado uno de los países más violentos del mundo con una media de 60.000 homicidios al año, de los cuales alrededor del 70 % fue cometido con armas de fuego.
El presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, firmó un decreto en enero pasado mediante el cual facilitó la compra de armas para civiles bajo el pretexto de garantizar el derecho a legítima defensa de los ciudadanos.
La medida fue criticada por la oposición y diversas organizaciones de la sociedad civil, que defendieron que a mayor número de armas en circulación, mayor violencia.
Hospitalizaciones
Según el informe de la Sociedad Brasileña de Pediatría, cada dos horas ingresa un niño o un adolescente en un hospital público con heridas de armas de fuego, hasta contabilizar casi 96.000 hospitalizaciones entre 1999 y 2018.
El tratamiento de todos esos heridos generó un gasto de 210 millones de reales (unos 55,5 millones de dólares) a la Administración. En algunos casos, tanto los óbitos como los heridos se producen como consecuencia de balas perdidas en enfrentamientos entre las fuerzas policiales y supuestos delincuentes.
El reporte indica que las principales causas de mortandad de jóvenes por armas de fuego están relacionadas mayoritariamente con homicidios (94 %), y muy por debajo figuran los suicidios (2 %), los accidentes (1 %) y otras intenciones indeterminadas (4 %).
Brasil vivió hace una semana una de las peores masacres escolares de su historia perpetrada por dos antiguos alumnos en el instituto Raúl Brasil, en la localidad de Suzano, a unos 60 kilómetros de Sao Paulo.
Los dos tiradores entraron en el colegio a la hora del recreo y mataron a cinco estudiantes, dos trabajadoras y a un tío de uno de ellos, antes de que ambos se quitaran la vida.
EFE
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