En los últimos días se difundió la versión de que el niño que tuvo con Gabriela Zapata que había sido dado por muerto aún estaría con vida.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, presentó una demanda ante un juez para que su expareja Gabriela Zapata, presa desde el fin de semana acusada de supuestos delitos económicos, presente en cinco días al niño que tuvieron en 2007 y al que el mandatario creía muerto.
"En los últimos días ha salido la versión de que el hijo del presidente Evo Morales estaría vivo y si esta versión -a la que no le damos valor ni credibilidad- fuera cierta eso implica una gran (vulneración) del Código del Niño, Niña y Adolescente", dijo el ministro de Defensa, Reymi Ferreira.
También consideró que si el niño está vivo se le impidió el contacto con su padre, sufrió de "violencia psicológica" y se incurrió en una violación de las normas de protección de los menores en el país.
Morales pidió el lunes, en una declaración ante los medios, que los familiares de Gabriela Zapata le presenten al niño, que tendría hoy entre ocho y nueve años, y ofreció hacerse cargo del menor.
Asimismo, insistió en su versión de que en 2007 su expareja le informó de que el niño estaba enfermo y falleció poco después de nacer.
Esa explicación implica que el gobernante creyó sin más a Zapata cuando esta le dijo que el niño había muerto, pero no lo comprobó ni acudió al velatorio ni al entierro del bebé, por lo que la oposición y gran parte de la sociedad boliviana han acogido esa versión con escepticismo.
Pese a las peticiones del Gobierno, la familia de Zapata no ha presentado al niño y, en cambio, solicitaron en un comunicado respetar su "privacidad, dignidad e imagen" y las normas nacionales e internacionales "con respecto al interés superior del menor". Los abogados de Zapata presentaron un certificado de nacimiento ante una juez como prueba de que está vivo.
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