Bucaram, que presentó su demanda ante la CIDH, consideró que varios de sus derechos fueron violados cuando fue destituido como presidente del país sudamericano.
El expresidente ecuatoriano Abdalá Buracam, asilado en Panamá tras ser derrocado en 1997, demandó hoy ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Estado de Ecuador, al que exige 200 millones de dólares al considerar que fueron violados varios de sus derechos.
Bucaram presentó la demanda -a la que tuvo acceso Efe- en persona en la sede de la CIDH en Washington, a la que acudió acompañado de una comitiva de seguidores y del exembajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Guillermo Cochez.
La demanda considera que Ecuador no respetó derechos básicos del expresidente recogidos en el artículo 1.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, entre ellos el del debido proceso, de tutela judicial efectiva, derecho a la integridad física y principio de legalidad.
Bucaram reclama 200 millones de dólares al país del que fue presidente (1996-1997) al considerarse víctima de estas violaciones, que le acarrearon un estado de depresión e indefensión en el cual sobrevivió a dos infartos y una miocarditis que le llegaron a tener "al borde de la muerte".
El 6 de febrero de 1997 el Congreso ecuatoriano destituyó a Bucaram por "incapacidad mental" para gobernar y declaró vacante la presidencia de la República.
En la demanda, el expresidente ecuatoriano apuntó que su destitución se propuso en el Congreso por su "supuesta incapacidad física o mental" sin el "indispensable juicio político" que le permitiera ejercer su "legítimo derecho a la defensa".
Bucaram también acusó a la cúpula de las Fuerzas Armadas de reconocer su destitución, incumpliendo así "su deber de respetar y hacer respetar la Constitución Política de la República del Ecuador".
La demanda, presentada por el propio Bucaram a través del gabinete Sosa Meza y Sosa Torres, Abogados Asociados, describe que la destitución del expresidente se produjo "sin proceder previamente a su enjuiciamiento político y sin permitirle asumir su defensa de las imputaciones falsas" que se le hacían.
Ante ello, Bucaram considera que se encontró en una situación "de total indefensión".
El expresidente lamentó que su situación de asilado en Panamá le privó del "derecho básico" de abrazar a sus hijos y de ver crecer a sus nietos.
"Me he perdido la mitad de la vida de mis hijos y toda la vida de mis doce nietos, a quienes no he visto nacer, no he podido enterrar a mis padres políticos ni a mi hijo político muerto prematuramente. ¿Existe acaso castigo más inhumano para una persona?", se preguntó el expresidente ecuatoriano.
Además de los 200 millones, Bucaram también pidió a la CIDH que "obligue" al Estado ecuatoriano a "iniciar una investigación en contra de los autores, cómplices y encubridores de las violaciones indicadas".
"No creo que exista en América Latina un caso más representativo de lo que es la persecución por odio y xenofobia, la difamación innoble al honor de mi apellido, la vulneración de los derechos y el total estado de indefensión", indicó.
El expresidente también lamentó que se le ha hecho "el mayor daño posible que se le pueda hacer a un ser humano sin llegar a matarlo", y concluyó la demanda de la siguiente manera: "No más Mándela, no más Cristo, no más Gandhi, no más Roldós, no más Luther King, no más Abdalá Bucaram".
EFE
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