Ezequiel Leiva, de 26 años, falleció en el hospital cuatro meses después de resultar herido durante protestas antigubernamentales, en Managua, capital de Nicaragua.
Un joven acusado de cometer un asesinato mientras estaba en coma falleció este martes en un hospital de Managua, capital de Nicaragua, tras cuatro meses guardando cama, informaron sus familiares.
Ezequiel Leiva García, de 26 años de edad, se hizo conocido en Nicaragua en junio pasado cuando la Policía Nacional lo acusó del asesinato del estadounidense Sixto Henry Vera, a pesar de que los registros médicos indicaban que el joven estaba en coma cuando ocurrió el crimen.
Henry Vera fue asesinado el pasado 2 de junio, durante la crisis que vive Nicaragua que ha dejado entre 322 y 481 muertos desde el estallido social de abril.
La Policía informó en su momento que el autor del crimen era Leiva García, un joven que había participado en una manifestación contra el presidente Daniel Ortega.
Días después el papá del joven, Gamaliel Leiva, denunció públicamente que su hijo no podía ser el asesino, ya que estaba en coma, debido a un disparo recibido de un grupo de policías y paramilitares que atacaron una manifestación en que participaba al joven el 31 de mayo.
A pesar de que Leiva presentó las pruebas necesarias para demostrar la condición de salud de su hijo, la Policía nicaragüense nunca se retractó, ni anunció nuevas investigaciones para aclarar la muerte del ciudadano estadounidense ni la desaparición de un nicaragüense que lo acompañaba al momento del crimen, en una carretera de Managua.
Nicaragua en crisis
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) rechazó la acusación contra Leiva García y recordó que en Nicaragua existen al menos 309 "presos políticos", que están encarcelados por participar en protesta contra Ortega.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como por ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado entre 322 y 481 muertos desde el estallido social de abril, según datos de diferentes organizaciones humanitarias, mientras el Gobierno cifra en 198 los fallecidos.
Ortega ha negado cualquier responsabilidad y se ha declarado víctima de un "golpe de Estado".
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder.
Información de EFE
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