Según la Acnur, entre las personas que han migrado se encuentran más de 800 mil que "han huido de la violencia y persecución de maras y pandillas".
Un millón de centroamericanos habrá migrado forzosamente al cierre del 2020, principalmente por la violencia que azota la región, según estimó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
"Al cierre de 2020, se estima que el número de personas forzadas a huir desde y en Centroamérica llegue a 1 millón" en los últimos años, indicó en un comunicado la entidad del organismo, con sede regional en Washington.
Según la institución, entre las personas desplazadas se encuentran más de 800 mil que "han huido de la violencia y persecución de maras y pandillas".
"A estas se le suman más de 108.000 personas que escaparon de la crisis sociopolítica en Nicaragua desde 2018", precisa.
Ante esa crisis, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Panamá adoptarán el 8 de diciembre una declaración política para abordar esta situación dentro del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones al desplazamiento forzado en la región (MIRPS).
La Presidencia pro-tempore del MIRPS, auspiciado por la ONU, es actualmente ejercida por El Salvador y será asumida por Guatemala en 2021.
"Las situaciones de violencia que enfrenta la región han sido exacerbadas por la pandemia de COVID-19", añade el comunicado.
A parte de las "afectaciones en socioeconómicas, la pandemia ha impactado los avances hechos en materia de protección y soluciones al desplazamiento forzado en la región", agrega.
"Además, emergencias climáticas, como huracanes y tormentas tropicales han afectado a millones de personas en Centroamérica y México, miles de las cuales han tenido que ser evacuados de sus hogares; cientos de personas afectadas son personas desplazadas internamente, refugiados o solicitantes de asilo", puntualiza.
Tanto Eta como Iota impactaron a principios y mediados de noviembre como potentes huracanes el norte de Nicaragua antes de perder fuerza al tocar tierra. No obstante, las intensas lluvias que provocaron dejaron una estela de muerte y destrucción en los países centroamericanos.
AFP
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