Israel reconoció por segunda vez que el ataque, que causó la muerte de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen (WCK), fue "un fallo por una identificación errónea" durante la noche.
El ataque contra el convoy humanitario del chef José Andrés World Central Kitchen (WCK), en el que murieron siete de sus empleados, se debió a una "identificación errónea", según el informe preliminar del Ejército de Israel, mientras la comunidad internacional sigue advirtiendo a Israel que si persisten este tipo de ataques será difícil evitar la hambruna en Gaza.
“Quiero ser muy claro: el ataque no se llevó a cabo con la intención de dañar a los trabajadores humanitarios de WCK. Fue un fallo por una identificación errónea: de noche, durante una guerra, en condiciones muy complejas. No debería haber sucedido", afirmó el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, al presentar las conclusiones preliminares de su investigación.
Halevi insistió en que una "entidad independiente investigará el incidente exhaustivamente", unas pesquisas más certeras que se completarán en los próximos días, y prometió que el Ejército "aprenderá de sus conclusiones, implementará medidas inmediatas y compartirá esas conclusiones con WCK y otras organizaciones internacionales relevantes".
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue el primero, ayer, en reconocer la responsabilidad de Israel en el ataque "no intencionado", y horas después en su cuenta de X afirmó que "Israel lamenta profundamente este trágico incidente"; mientras que el presidente Isaac Herzog llamó personalmente al director y fundador de WCK, el chef español José Andrés, para disculparse por lo ocurrido.
En una tribuna que firma este miércoles en el diario 'The New York Times', el chef afirmó que las siete víctimas "eran lo mejor de la humanidad", con rostro y nombre, "no solo trabajadores humanitarios genéricos ni daños colaterales".
Los siete trabajadores humanitarios son el palestino Saifeddin Issam Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby ,"que lo arriesgaron todo por la actividad más fundamentalmente humana: compartir nuestra comida con los demás", subrayó Andrés.
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En el artículo, el chef pide a Israel que abra más rutas terrestres para repartir alimentos y medicinas -un reclamo que desde hace meses hacen las agencias humanitarias para que la ayuda llegue al norte, donde la hambruna ya es una realidad-, "deje de matar a civiles y trabajadores humanitarios" e "inicie hoy el largo camino hacia la paz".
200 trabajadores humanitarios muertos
Casi 200 empleados humanitarios han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra, lo que demuestra que el ataque a WCK "no es un incidente aislado", denunció ayer el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Jamie McGoldrick.
"Incidentes como el de ayer no deberían ocurrir. Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a los civiles", denunció el presidente estadounidense Joe Biden; mientas que la OMS recordó que los vehículos del convoy "estaban claramente marcados y nunca debieron ser atacados".
Aunque no hay un reporte oficial del suceso, el diario israelí Haaretz reveló, citando una fuente militar anónima, que un dron israelí llegó a disparar tres veces contra el convoy de WCK en la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave, a pesar de que los autos estaban claramente marcados con el logotipo de la organización.
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Un primer misil alcanzó al auto que lideraba el convoy y los supervivientes corrieron a refugiarse al siguiente vehículo, que también fue atacado por otro misil segundos después ,y cuando un tercer vehículo se acercó a socorrerlos, recibió otro impacto, reveló el diario.
"Inseguridad alimentaria catastrófica"
Tras este ataque, WCK anunció su intención de dejar sus operaciones en la Franja de Gaza y una flotilla procedente de Chipre regresó a puerto sin haber descargado toda la ayuda humanitaria, una medida que también ha replicado la ONG Anera y que se teme que sigan otras ONGs ante la falta de garantías de seguridad por parte de Israel.
"El asesinato de los trabajadores humanitarios y el impedimiento de la entrada de los convoyes de UNRWA no permitirá salvar vidas y evitar la hambruna", alertó el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados palestinos (UNRWA), Phillippe Lazzarini.
La mitad de la población de la Franja, más de un millón de habitantes, sufren "inseguridad alimentaria catastrófica", es decir, están en situación de hambruna inminente, advierte un reciente informe de la ONU; y al menos 34 gazatíes han muerto de hambre desde febrero, 31 de ellos menores, según el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
Los cuerpos de los seis extranjeros empleados de WCK, asesinados ayer, han sido evacuados de la Franja a Egipto, por el cruce de Rafah, para ser posteriormente repatriados a sus países de origen, confirmó el Gobierno gazatí.
"Expresamos nuestra condena a este atroz crimen, que se enmarca en el genocidio perpetrado por la ocupación israelí contra civiles en la Franja de Gaza y llamamos a todos los países del mundo a condenar esta terrible masacre, que contradice el derecho internacional y humanitario", indicó el Ejecutivo de Hamás.
(Con información de EFE)
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