Las dos candidatas Claudia Sheinbaum y Xochitl Gálvez que reunieron cerca del 90% de los votos no representaban a un partido, sino a una coalición.
Escucha el canal de podcast de Las cosas como son en RPP Player
La principal enseñanza de las elecciones generales que tuvieron lugar ayer en México es que solo hubo tres candidatos a la presidencia, o más exactamente dos candidatas y un candidato.
Y la razón es simple, las dos candidatas que reunieron cerca del 90% de los votos no representaban a un partido sino a una coalición. La ganadora, la oficialista Claudia Sheinbaum, fue candidata del partido fundado por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, aliado con el principal partido ecologista y un pequeño partido de izquierda que ha participado en las últimas once elecciones federales.
Ampliamente derrotada, Xochitl Gálvez fue candidata de tres partidos que hasta hace poco cubrían todo el espectro mexicano: el PRI que gobernó México durante décadas, el PRD de izquierda y el PAN, partido de derecha que ganó la presidencia con Vicente Fox y Felipe Calderón.
La segunda lección es que, pese a muchos ejemplos de lo contrario, el electorado no vota siempre contra el gobierno saliente. En este caso el triunfo de Sheinbaum se explica en parte por el respaldo que le ha dado el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.
Pese a su retórica populista, que en el Perú conocemos demasiado bien, López Obrador ha sabido mantener una relación constructiva con su principal vecino y primer socio comercial, Estados Unidos, tanto en la época de Trump como en la de Biden.
El fracaso calamitoso de su política de seguridad ciudadana no ha impedido que el presidente saliente termine su mandato de seis años con un respaldo popular superior al 50%. Por resignación o indiferencia, las 30 000 muertes violentas que se producen cada año no han impedido que López Obrador pueda transferir la presidencia el próximo octubre a una sucesora respaldada por él.
Veremos si como en los casos de Colombia, Ecuador y Bolivia, Sheinbaum logra diferenciarse de su mentor y acabar con la demagogia y la complicidad con dictadores. Por lo pronto podremos ver a Claudia Sheinbaum el mes de noviembre en el Perú, cuando asista a la Cumbre de APEC.
Las cosas como son
Comparte esta noticia