Dafne Almazán es educadora de una escuela para niños sobredotados y a sus 16 años ya tiene dos certificaciones de la Universidad de Harvard.
Dafne Almazán es la psicóloga más joven al licenciarse con trece años. Ahora, con apenas 16, ha decidido dedicar su vida a la educación, en concreto al diagnóstico de niñas y jóvenes superdotadas con el fin de educarlas y estimularlas para alcanzar sus metas.
En una entrevista con EFE, la psicóloga y educadora en el Centro de Atención al Talento (Cedat), una escuela especial para sobredotados que fundaron su padre y hermano, la adolescente consideró "alarmante" que de cada 10 niños que se diagnostican en México, únicamente 2 son mujeres, algo que está decidida a cambiar.
"Existen niñas sobredotadas pero no se detectan a tiempo entonces se pierden, se adaptan al sistema por el estereotipo de género y pierden sus capacidades", lamentó una de las 50 mujeres más poderosas de México según la revista Forbes México.
Para reventar "los estereotipos de género", la mexicana propone hacer campañas como llamado a las niñas y jóvenes sobredotadas para que comprendan que su diferencia, su don, es una virtud y se les realice un diagnóstico temprano.
Prodigio
Dafne, que con 6 años ya sabía leer y escribir en dos idiomas (inglés y español), pretende continuar formándose académicamente hasta los 19 años sumando un doctorado a sus dos maestrías.
Con gran talento para el piano, en el que interpreta con delicadeza piezas de Mozart, la joven dedica casi todo su tiempo a cultivar sus habilidades y conocimiento, aunque siempre saca tiempo "ir al cine" o estar con sus amigas.
Pese a que ella nunca experimentó rechazo por formarse en un sistema especializado, confiesa que al Cedat suelen acudir "niños que han sufrido mucho, que tienen hasta intentos de suicidios porque los maestros y los alumnos los rechazan de tal manera que crecen creyendo que ser superdotado es malo".
"Los compañeros ven al sobredotado como el diferente, la persona que no es como ellos y obviamente por ello lo rechazan". En el caso de los maestros, la adolescente, que posee dos certificaciones profesionales en la Universidad de Harvard, cree que el rechazo nace porque el niño con alto coeficiente intelectual es el que impedimenta el correcto funcionamiento del resto de la clase.
"El sobredotado es el que no deja que los otros alumnos aprendan, el que se mueve porque se aburre, entonces el maestro termina por no querer al niño y por eso le rechaza", explicó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera superdotadas a aquellas personas que tienen un coeficiente intelectual superior a 130.
El estereotipo del genio atormentado no existe para Dafne, quien argumenta que los personajes históricos brillantes que tuvieron vidas personales complicadas acusaron una educación normal en escuelas en las que les abocaban al rechazo y los problemas emocionales.
"Nunca tuvieron un ambiente en el que pudieran ser felices, eso les afectó a su salud emocional", comentó. Ella tuvo la suerte de recibir desde muy niña el apoyo de su familia puesto que sus hermanos mayores también son superdotados y sirvieron de precedente.
¿Cómo se formó?
Le inculcaron valores como la perseverancia, el esfuerzo, así como el deporte (practica taekwondo) y la música.
Pese a que habla inglés, chino y francés, la niña tiene claro que México es el lugar en el que quiere trabajar para demostrar al mundo que en su país hay talento. No tiene miedo de perder "el hambre" por cumplir sus metas ya que su alta capacidad le permite encontrar nuevos retos cada día.
En lo profesional lo tiene claro: "apoyar a los sobredotados, conocer más a estos niños, y sobretodo niñas, para ponerlos apoyar". En lo personal, cree que con el tiempo le irán surgiendo inquietudes íntimas, aunque no tiene prisa y, por ahora, solo tiene claro que, a largo plazo, querrá ser madre y tener una familia.
Su impecable forma de vestir con medidos blancos y negros, su porte recto y liviano así como su quietud natural permiten adivinar una persona políticamente correcta, aunque ella misma reconoce que "es decisión de cada uno si decide seguir los estereotipos y normas estrictamente establecidas".
Ella, aunque no bebe y disfruta leyendo clásicos como Víctor Hugo o Shakespeare y cocinando en casa con su madre, apuesta por "el pensamiento crítico para poder tomar decisiones propias" en un mundo en el que la rareza, el don y las ideas incisivas resultan cada vez más esenciales. (EFE)
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