El reencuentro fue posible gracias al Movimiento del Migrante Mesoamericano. Desde hace trece años se encarga de contactar a personas desaparecidas con sus familiares.
La catedral metropolitana de la ciudad de México fue el lugar que Catalina Narcisa eligió para celebrar el haber encontrado a su hijo, al que no veía desde hace 22 años. El reencuentro fue posible gracias al Movimiento del Migrante Mesoamericano que desde hace tres años trabaja para que personas desaparecidas se reencuentren con sus familiares.
En julio pasado, representantes del Movimiento fueron hasta su casa en Guatemala para avisarle que su hijo, Elisandro Reginaldo Roblero, se encontraba viviendo en la ciudad de México.
"Nos mostraron la foto y nos dio tristeza por el tiempo que estuvo perdido", dice la madre, que recorrió diferentes ciudades de ese país junto a su hija y su nieto de un año, hasta dar con Elisandro.
"No sabía como comunicarme"
Elisandro Regilando salió de su natal Guatemala a los 16 años para vivir durante una temporada en el estado de Chiapas. De ahí siguió con su travesía hacia la Ciudad de México, donde perdió el contacto con su madre.
"En ese entonces no habían teléfonos y no sabía cómo comunicarme", cuenta y recuerda que después de llegar a México, envió un par de cartas a su madre, que ella nunca recibió.
Según el Movimiento, en la zona de Sabinal en Guatemala, de donde es originaria la familia de Elisandro, existen más casos de personas que al igual que él, migraron probablemente a México, cuando tenían entre once y dieciséis años y continúan sin tener contacto con sus familiares. (EFE)
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