Los espacios públicos y el transporte no son accesibles para todos. Para más de tres millones de peruanos que tienen algún tipo de discapacidad, transitar por las ciudades es complicado y la pandemia puede empeorar esta situación, explicó Marco Antonio Gamarra presidente del Conadis.
Las ciudades deberían estar hechas para que todas las personas puedan vivir en ellas. Sin embargo, en el Perú, más de 3 millones de personas tienen dificultades en su día a día. Según el Censo Nacional del 2017, es esta cantidad de personas quienes cuentan con alguna discapacidad.
“A nivel nacional, las ciudades se han construido para personas que no tienen discapacidad”, explicó Marco Antonio Gamarra, presidente del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis). Además, explicó que uno de los grandes problemas es que las normativas que existen para la accesibilidad no se cumplen ni se fiscalizan.
Un espacio público poco amigable
Son los gobiernos locales quienes deben fiscalizar y hacer cumplir las normas de accesibilidad que existen. Por ejemplo, que haya una bajada para silla de ruedas en las veredas, que estas mismas tengan la medida necesaria, que haya estacionamiento preferenciales, entre otras medidas.
El problema es que esto no funciona así. “Tenemos diversas normas que deben de ayudar a brindar accesibilidad universal, a construir ciudades seguras. Sin embargo, no solo no se cumplen sino que no se conocen. Las mismas autoridades no conocen las normas que tenemos que seguir”, indicó Gamarra.
Por otro lado, sostuvo que las ciudades ahora están pensadas en los vehículos motorizados y no en las personas. Esto afecta a todos los ciudadanos, pero más aún a las personas que tienen alguna discapacidad ya que se les hace más difícil poder transitar en la vía pública.
El transporte público no es accesible
El principal medio de transporte de personas con discapacidad es a pie (53.6%), luego el transporte público (38.2%) y siguiente es taxi (28.6%), según indica la Defensoría del Pueblo. La misma entidad sostiene que el uso de taxi es casi una obligación puesto que se les dificulta mucho moverse de las otras maneras; sin embargo, el taxi les genera una gran carga económica.
El transporte público debería tener rampas para silla de ruedas, las estaciones deberían tener información táctil, debería existir campañas de sensibilización, entre otras iniciativas que menciona el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Pero actualmente no todo el transporte público lo tiene y aumenta por la informalidad.
La pandemia ha dificultado la situación
La última data con la que se cuenta es del Censo Nacional del 2017. Sin embargo, este no fue especializado en personas con discapacidad. La encuesta que sí fue especializada data del 2012. El presidente de Conadis aseguró que esta información es tan antigua que ya no tiene relevancia.
A esto se suma que la pandemia puede dificultar el panorama de las personas con discapacidad. “La pandemia ha logrado que la franja de pobreza se extienda y que la discapacidad se incremente ya que la pobreza también genera discapacidad. Cuando las personas no tienen los recursos para atenderse en temas de rehabilitación de la salud, la discapacidad aumenta y en muchos casos debemos ser conscientes que una discapacidad genera otra discapacidad”, explicó el presidente de Conadis.
El representante agregó que además de la fiscalización de las normativas ya existentes, es necesario que los ciudadanos interioricen que las ciudades deben de ser accesibles para todos y también que se respeten los derechos de los demás.
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