La forma en que los padres responden a las necesidades de los niños será la base para su personalidad a futuro.
Los bebés necesitan mucha atención en sus primeros años de vida. Es durante este tiempo que van descubriendo el mundo. Los padres y cuidadores cumplen un papel fundamental porque son quienes dan seguridad a los niños para que estos se formen de manera adecuada.
El doctor Rolando Pomalima, director de la Dirección de niños y adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado, explicó en Sin Vueltas la importancia de un apego seguro y cuidado responsivo en los niños.
“Cuando un padre está con su hijo, lo acompaña y le enseña, este niño va a tener confianza; esta es la situación base. El apego seguro es una forma de crianza que va a poner las bases para el desarrollo de la personalidad del niño o niña”, explicó el doctor.
Hizo referencia a que los padres deben pasar tiempo de calidad con sus hijos para que estos sientan el amor y acompañamiento. Estos aspectos son absolutamente necesarios para el buen desarrollo del niño.
Este tiempo debe ser de calidad, es decir, debe haber una interacción entre los padres o el cuidador y los niños; que estén en una misma habitación haciendo cosas distintas no significa que están pasando tiempo juntos. Los padres e hijos deben hablar, jugar, relacionarse, etc.
Por otro lado, el cuidado responsivo trata de que los padres o los cuidadores respondan a las demandas del niño. El doctor explicó que debe haber una interacción adecuada entre las necesidades del niño y las capacidades de los padres para cuidarlo. Si eso se desarrolla bien es cuando se conoce como apego seguro.
Ante algunos mitos existentes sobre los niños engreídos y los llantos, explicó: “cuando el niño externaliza una conducta es un mensaje, ya sea que el niño no está contento o algo le está molestando, en ese momento debemos actuar. El niño cuando llora no es porque es un mañoso o está fingiendo, ese niño llora por algo”.
El cuidado responsivo trata de eso, que los padres o cuidadores respondan a las conductas del niño o niña de manera adecuada. Que traten de entender qué quiere expresar el pequeño a pesar de que a veces sea complicado.
Este tipo de cuidado no se desarrolla solo en momentos negativos, también en los positivos. Por ejemplo, si el niño juega e inventa personajes, los padres deben de seguirle el juego. Así, los hijos sentirán que están acompañados por sus padres.
El apego seguro y el cuidado responsivo son formas de crianza que tendrán consecuencias en la personalidad del niño cuando sea más grande. Esto será la base para toda su vida, según explicó el doctor Pomalima.
La edad de 0-3 años es la más importante en el desarrollo de un niño o niña, ya que desarrolla gran parte del cerebro. Es por eso que RPP ha lanzado la campaña Desarrollo Infantil Temprano para informar a las familias sobre esta importante etapa.
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