En el 2024, los matrimonios de personas entre 30 a 59 años representaron el 58% del total de todas las bodas en el Perú, según cifras de Reniec solicitadas por RPP Data. Esto representa un aumento respecto al 2015, donde este grupo de edad representó el 41% de todos los matrimonios.
El "sí, acepto" se hace esperar en el Perú. Cada vez más peruanos deciden casarse a una edad más avanzada y esto se evidencia en las cifras. En casi una década los matrimonios de personas de 30 a 59 años aumentaron respecto a otras edades, según cifras del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) solicitadas por RPP Data.
En el 2024 se reportaron 68 mil matrimonios de todas las edades a nivel nacional. De este total, las personas de 30 a 59 años que decidieron casarse representaron el 58%, llegando a 39 mil registros. Si lo comparamos con el 2015, encontramos que ese año se reportaron 71 mil matrimonios en total y las personas de 30 a 59 años que se casaron representaron solo el 41% con 29 mil bodas.
Por otro lado, los matrimonios de otras edades [menores de 30 y mayores de 60] han ido disminuyendo. En 2015 estos grupos de edad representaron el 59% del total de casamientos, pero en el 2024 bajaron al 42%, de acuerdo con las últimas cifras del Reniec.
¿Cómo se casan en las regiones del país?
La tendencia de matrimonios en las regiones también está cambiando. Los departamentos donde más matrimonios de 30 a 59 años se registraron en el 2024 fueron Lima (15,055), Arequipa (3,006) y Junín (1,738), detalla Jorge Puch, subdirector de vínculos y archivo registral del Reniec.
“Un dato curioso es que en el 2017 se casó una de las personas más longevas en el país que tenía 100 años de edad, contrayendo el matrimonio con una dama de 48 años. Esto fue en Huánuco”, relata el funcionario.
En el 2024, las personas de mayor edad que contrajeron matrimonio estuvieron en Lima (Huarua) donde se registró una boda de un hombre de 98 años y una mujer de 80, mientras que en Piura se casó un hombre de 96 años con una mujer de 95, agrega Puch.
Desde Lima, Edson, de 18 años, conversó con RPP y comentó sus proyecciones personales sobre el matrimonio. “Yo tengo un pronóstico de casarme a los 32 o 33 años. Primero quiero disfrutar mi vida como ser joven y luego ya pensar en una familia”, mencionó.
Por su lado, Carolina, de 32, agregó que para decidir dar el siguiente paso en una relación hay que estar bien seguros. “Yo no estoy casada porque es una responsabilidad. Ahora es algo opcional [el casarse], tú puedes decidir ser leal a alguien o desear estar solo contigo”, señala.
¿Esto quiere decir que los peruanos son menos románticos?
La respuesta corta es que no. Los peruanos siguen siendo románticos, pero ahora existen más opciones de desarrollo personal y profesional, sobre todo para las mujeres, explica Alex Huerta, antropólogo de la PUCP.
“Es esta posibilidad que tiene ahora la mujer de autonomía laboral o la capacidad de elegir cuántos hijos quiere tener y cuándo, o si no quiere tenerlos. Lo que se busca es una vida en común, pero las mujeres ya no están dispuestas a que el hombre construya su futuro, sino que quieren un futuro autónomo”, comenta.
Huerta puntualiza que a los peruanos aún les gusta el romance, pero que las nuevas generaciones están viviendo otro tipo de relaciones amorosas. “Tenemos una tradición del corazón, de los osos de peluche, de la sonrisa y de la idea de ver el atardecer en la playa. El joven peruano sí quiere eso”, detalla.
Pero también señala que ahora hay un mayor miedo al futuro y mayor incertidumbre por parte de los más jóvenes. “Entonces deciden llegar a un acuerdo [entre parejas], pero con ambas partes lo suficientemente libres. Estamos ante una nueva situación del amor”, indica.
La tendencia de convivir antes de casarse
La abogada en Derecho de Familia, Lorena Fernández, sostiene que las personas están pensando más en conseguir sus propios objetivos, lo que hace que retrasen la idea de un proyecto de familia.
“Deciden cumplir con proyectos personales y piensan ‘mejor no me caso hasta que termine la universidad, o primero mejor el doctorado y la maestría, y por ahí mi departamento’. Eso hace que postergue la idea de la familia como matrimonio o como institución para procrear hijos”, señala.
A esto se le agrega que, desde el 2018 aproximadamente, más parejas están decidiendo convivir antes que casarse, refiere. “En muchos casos es un tema de regularización porque ya algunos venían conviviendo. Es para darle formalidad. Antes se casaban siendo muy jóvenes y dentro del matrimonio recién hacían la convivencia. Ahora hemos visto que han optado primero por convivir y luego por regularizar”, señala.
Con más personas postergando el matrimonio y optando primero por la convivencia, la idea de casarse ya no es una imposición social, sino una elección personal. La independencia, la estabilidad económica y el desarrollo profesional son factores clave que hoy influyen en esta decisión, especialmente entre quienes superan los 30 años.
Comparte esta noticia