La menor presentaba convulsiones desde hace meses y en sus alaridos invocaba al demonio. Gran sorpresa causó su pronta curación tras beber el jarabe. El hecho ocurrió en Chincha.
Una niña de 10 años de la que se creía que estaba poseída por el demonio se curó con jarabe de manzana. La pequeña que sufrió por más de cinco meses de convulsiones y que, en medio de sus alaridos invocaba al demonio, descansa ahora plácidamente en su vivienda del distrito de Sunampe, en la provincia iqueña de Chincha.
Según contó su abuela Margarita Pachas a RPP, la menor vivía encerrada en su habitación debido a que era agresiva con las personas y amenazaba con matar a sus padres. También era temida por sus vecinos que al verla y escucharla creían que estaba poseída por el demonio.
La niña fue tratada sin éxito por médicos del hospital San José de Chincha, así como por un sacerdote y un curandero. "Todas las veces teníamos que llevarla amarrada porque nos quería pegar", expresó la abuela.
Finalmente, la niña fue llevada al consultorio del quiropráctico Virgilio Morán Sicroche, quien determinó que tenía una desviación en una vértebra a la altura de la nuca, lo que podría haberle causado las convulsiones.
Después de realizarle las correcciones de la columna, el quiropráctico le dio de beber un jarabe de agua de manzana que él mismo prepara. Después de diez minutos, la niña se recuperó anímica y físicamente, afirmó su abuela. "Ahora la vemos tranquila y feliz", indicaron sus vecinos que quedaron consternados por la forma como la pequeña se curó.
Según contó su abuela Margarita Pachas a RPP, la menor vivía encerrada en su habitación debido a que era agresiva con las personas y amenazaba con matar a sus padres. También era temida por sus vecinos que al verla y escucharla creían que estaba poseída por el demonio.
La niña fue tratada sin éxito por médicos del hospital San José de Chincha, así como por un sacerdote y un curandero. "Todas las veces teníamos que llevarla amarrada porque nos quería pegar", expresó la abuela.
Finalmente, la niña fue llevada al consultorio del quiropráctico Virgilio Morán Sicroche, quien determinó que tenía una desviación en una vértebra a la altura de la nuca, lo que podría haberle causado las convulsiones.
Después de realizarle las correcciones de la columna, el quiropráctico le dio de beber un jarabe de agua de manzana que él mismo prepara. Después de diez minutos, la niña se recuperó anímica y físicamente, afirmó su abuela. "Ahora la vemos tranquila y feliz", indicaron sus vecinos que quedaron consternados por la forma como la pequeña se curó.
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