Jessica Huamán, coordinadora de la Plataforma por la Seguridad Alimentaria, remarcó la necesidad de fortalecer los programas de alimentación y ayuda del Estado para reducir estos índices.
Más de 17 millones de peruanos se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, lo que representa aproximadamente el 51 % de su población, una realidad que podría acrecentar problemas de desnutrición y anemia en el país, según precisó Jessica Huamán, coordinadora de la Plataforma por la Seguridad Alimentaria.
"Ha incrementado la desnutrición crónica a 12.1 % y la anemia infantil a 43.7 %, dos indicadores sumamente graves y que denotan que el hambre está presente en la gran mayoría de la población", indicó en diálogo con RPP.
Según estadísticas del INEI, la pobreza monetaria se ha reducido, pasando de un 29 % a un 27.6 %; sin embargo, también se ha registrado el aumento del precio de la canasta básica, incrementando a 454 soles.
"Es importante considerar que la población está en una situación también de carencia, porque, si bien es cierto, ha podido reducir esta pobreza monetaria, de igual manera está acrecentando los precios de los servicios básicos y, por otro lado, de la alimentación también", apuntó.
Para Huamán, la inseguridad alimentaria se observa en la dificultad para el acceso económico y físico a los alimentos.
"La población está teniendo menor cantidad de dinero para poder cubrir sus necesidades básicas alimentarias y el poco dinero que tiene trata de invertirlo en lo que puede llenar el estómago, pero no necesariamente en lo que puede nutrir", sostuvo.
De acuerdo con la especialista, esto acaba por incrementar los índices de anemia, desnutrición y tuberculosis en menores. Recordó que la FAO ha precisado en sus índices que 11.4 millones de peruanos no acceden a una alimentación saludable.
En ese sentido, remarcó la necesidad de potenciar los programas estatales de alimentación a menores y todos aquellos que asisten a ollas comunes, comedores populares.
"El programa Wasi Mikuna, que es de alimentación escolar, que pueda mejorar mediante una normativa, una ley. No existe una ley de alimentación saludable que garantice que el objetivo del programa sea realmente nutrir a los niños y niñas, y disminuyamos estas cantidades bastante altas de anemia y desnutrición", refirió.
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