Han pasado dos meses del colapso del techo del patio de comidas en el Real Plaza de Trujillo, que dejó seis fallecidos y ochenta heridos. Hacemos un repaso de aquella tragedia y cómo está la situación de los afectados.
Por Diego Iparraguirre
“Willy, Willy”, fue el grito del padre de Willy Méndez, un joven que quedó atrapado bajo los escombros tras la caída del techo del patio de comidas del Real Plaza, en Trujillo, el pasado viernes 21 de febrero.
“Mi papá sale desesperado gritando ‘Willy, Willy’. Él me cuenta después ‘Yo ya había perdido la fe, perdí a tu madre primero, ahora a ti, era un golpe demasiado fuerte’ […] Me despierto entre escombros, fierros por acá, agua tirada, una chica atascada por mi lado izquierdo, otra niña por acá atorada, a mi lado”, fue el testimonio de Willy Méndez.
El 12 de mayo se cumplen ochenta días de la tragedia que dejó seis muertos: el policía John Percy Chávez Valeriano, su esposa Daniela de La Cruz Ramos y su pequeña hija de 2 años. También fallecieron ese día la joven Harumi Carbajal Velásquez, Yekill Iparraguirre Palomino y el adulto mayor José Santa María Jara Arroyo.
Hubo unos 80 heridos, según la Gerencia Regional de Salud de La Libertad. Aunque el Ministerio Público señala al menos 100 afectados, algunos con heridas leves, 12 de ellos con más complicaciones, por lo fueron internados en las unidades de cuidados intensivos de hospitales y clínicas.
Ministerio Público investiga los hechos
El Ministerio Público investiga por homicidio y lesiones culposas al gerente local del Real Plaza, Luis Santa María, al gerente nacional, Misael Shimizu, así como otros involucrados en el caso. Se calcula que el peritaje puede demorar entre cuatro y ocho meses.
El presidente de la Junta de Fiscales de La Libertad, Luis Guillermo Bringas, opina lo siguiente:
"Es una investigación compleja. Hay que recabar de cada uno de los heridos su declaración, su historia clínica; hacer la evaluación (de) cuál es el tipo de lesión que tiene, porque cada uno tiene lesiones distintas; declaraciones de involucrados del Real Plaza, de la municipalidad, de inspectores, de supervisores, las pericias. Eso es lo que tenemos que buscar. No se resuelve en dos o tres días porque requiere ser seria la investigación", indicó.
A través de un comunicado, el Real Plaza afirma que se han "concretado 157 acuerdos de compensación" con los afectados del colapso del techo y que siguen "trabajando para asegurar que cada persona y familia reciba el apoyo que corresponde". Además, Real Plaza dijo que está "cubriendo al 100 % las atenciones médicas relacionadas con el accidente, tanto en clínicas especializadas como, en los casos que lo han requerido, en centros de salud de mayor complejidad".
Pero, ¿qué causó la caída de parte del techo del centro comercial? Ni la municipalidad, ni la Fiscalía, ni el propio Real Plaza se atreven a plantear una hipótesis hasta que las investigaciones concluyan. Aunque, según Eduardo Muñoz Paredes, abogado de la familia de Harumi Carbajal, una de las víctimas mortales, las primeras diligencias comprobaron hallazgos relevantes.
"Hemos encontrado pernos, tuercas y estructuras oxidadas, estructuras que al parecer no cumplían con los estándares de edificación correspondiente", apunta.
El comunicado del Real Plaza señala que para la construcción del patio de comidas de su centro comercial contrataron especialistas calificados para cada una de las etapas del proceso de obra: diseño, construcción y supervisión. Y que la empresa constructora fue la encargada de ejecutar la obra y su función era seguir estrictamente los planos aprobados y que el equipo de supervisión verificó la conformidad de cada fase de la construcción.
Mientras tanto, velas, flores, peluches y sobre todo carteles con pedidos de "justicia" siguen colocados en la puerta principal del Real Plaza Trujillo, que permanece cerrado desde aquel viernes trágico y sin fecha definida de reapertura.
Lo que en su momento era el lugar de trabajo de mil empleados en más de 40 tiendas del recinto, y el punto de reuniones de amigos, parejas y familias, hoy se ha convertido en un lugar silencioso, con víctimas fatales, cuyos familiares.
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