La mayor Astrid Salas dirige a más de 150 policías, distribuidos en cinco comisarías del circuito Mochica. Además, en su dependencia se alimenta a perritos abandonados del distrito de Monsefú.
En la Comisaría de Monsefú, región Lambayeque, las cosas no son iguales desde hace dos meses, y es que la llegada de una mujer al mando de la dependencia policial ha cambiado la manera de trabajar y mirar el servicio de seguridad ciudadana.
La mayor PNP Astrid Judith Salas Serpa estampó su particular sello de trabajo y ha conseguido que poco a poco la conocida “Tierra de las Flores”, reduzca considerablemente sus niveles de inseguridad. Los arrebatos, robos y hechos de abigeato han ido diluyéndose poco a poco en la localidad.
“Tengo a mi cargo la misma comisaría de Monsefú que tiene 49 agentes, pero además, las comisaría de Ciudad Eten, Puerto Eten, Santa Rosa y Reque. Son un promedio de 150 policías a mi mando. Al principio fue difícil aceptar esta enorme responsabilidad, pero siempre he sido una mujer de retos y aquí estoy, trabajando incansablemente para nuestra ciudadanía”, comentó la oficial a RPP Noticias, mientras firma la nota informativa de un último incidente ocurrido en el cercado de la ciudad.
Carácter de mujer aguerrida
Salas Serpa tiene 20 años en la Policía, nació en Arequipa y es una mujer de carácter fuerte. Reconoce que su experiencia como instructora- cinco veces- en la Escuela de Oficiales, le dio el temple y el valor necesario para afrontar situaciones difíciles y poco a poco ir sembrando una disciplina que hoy todos sus suboficiales le reconocen.
“Ser instructora te da una disciplina inigualable. Tenía al mando muchas chicas en formación y eso es difícil. Hay que orientarlas para que también respondan con valentía y responsabilidad a su trabajo de servicio a la ciudadanía”, señaló.
Frases ofensivas
No siempre las cosas fueron color de rosa para esta madre de dos hijas. En algunas ocasiones el machismo de las calles fue síntoma de humillación y molestia. “Algunas veces nos han gritado de lejos: '¿Qué haces en el operativo? ¡Anda a cocinar!' O tratan de que mi personal se sienta avergonzado, cuando recibe órdenes de una mujer, pero la Institución me ha formado para ser profesional, prudente y asumir responsabilidades con la misma capacidad de los oficiales varones”, enfatizó.
La oficial Astrid Salas reconoce que el machismo en la Policía se ha reducido notablemente y prueba de ello es que hoy más de 100 policías mujeres ocupan importantes cargos operativos a nivel nacional. En la región Lambayeque, este año, el comando ha designado a siete mujeres para ser comisarias.
Un hecho que demuestra que el mito de que en la Policía no hay oportunidades para las mujeres, es falso. “Cada día hay más igualdad de derechos y oportunidades. Hay que ponerle amor y profesionalismo a nuestro trabajo. Las mujeres estamos preparadas para luchar por el bien de la comunidad”, acotó.
Su vasta experiencia le ha dado las credenciales para liderar grupos complicados y, sobre todo, trabajar articuladamente con todas las autoridades. “He trabajado en ministerios, en Tumbes, en Punta Hermosa, he sido jefa de Turismo, instructora, y siempre he recibido el apoyo de mi comando, desde que era cadete y hasta cuando tuve mi primera hija siendo alférez. Es importante que tu comando te apoye y apueste por ti. Por eso creo que el machismo se ha desterrado”, indicó.
Recuerda a Nancy Flores Páucar
Un hecho que marcó la vida de esta oficial es la enseñanza que recibió de la capitán PNP Nancy Flores Páucar, asesinada por los mandos terroristas del VRAE en el año 2014. “Yo era cadete de primer año y ella de segundo. Yo era centinela y un día se bajaron las pilas de mi linterna. Se me acercó y me dijo: '¿Cómo no te diste cuenta de que las pilas están bajas? Y peor, no tienes pilas de repuesto. Eso es imperdonable'”, le dijo.
Y luego, la castigó. "Me hizo hacer ranas, terminé exhausta. Pero me quedó una gran lección para toda la vida, que después apliqué en otras situaciones de emergencia. Cada vez que la recuerdo, pienso en esta lección, que parecería tan elemental, pero que a mí me marcó para toda la vida”, contó.
Dispensador de alimentos para perritos abandonados
Salas Serpa no solo es la única mujer a nivel nacional al mando de cinco comisarías, sino que además, es jefa de la única comisaría en el Perú, donde existe un dispensador (comedero) de alimentos y agua, para perritos en estado de abandono.
Este gesto de amor a los animalitos callejeros le ha valido el aplauso de miles de ciudadanos que, motivados por la iniciativa, donan comida. “Los policías de esta comisaría con nuestro propio dinero mantenemos este comedero. La gente también apoya, pero la idea es que se replique en todas las comisarías de Lambayeque”, refirió.
El trabajo de Astrid va rindiendo sus primeros frutos: ahora los ciudadanos sienten más confianza en su Policía. Se detienen a saludarla al pasar por la dependencia, los mototaxistas respetan más las señales de tránsito y las zonas rígidas, y las juntas vecinales se fortalecen para mejorar la seguridad en los barrios. Todo un trabajo articulado liderado por primera vez por una mujer policía en la localidad de Monsefú.
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