Morelys Pantoja, Adailin Pacheco y Rosa Crespo se han ganado a pulso el apodo de “Las constructoras venezolanas”.
Tres ciudadanas venezolanas se han ganado el respeto y admiración de los pobladores del distrito chiclayano de Monsefú, región Lambayeque. Ellas se dedican a parchar huecos de las calles para facilitar el tránsito y evitar accidentes vehiculares en las zonas de mayor afluencia vehicular.
Morelys Pantoja (36), Ingeniera de Construcción, Adailin Pacheco (36) técnica en construcción y Rosa Crespo (36) Inspectora, las tres naturales de Caracas, han encontrado en esta actividad la manera más digna de salir adelante, haciendo lo que a ellas más les apasiona: la construcción.
"La gente nos saluda, nos apoya, porque ven que lo que hacemos es distinto a lo que hacen nuestros compatriotas. Allá en Venezuela era ingeniera en construcción. Cuando vine vendía como todas: arepas o tizana, pero un día vi este problema y dije vamos a hacer algo distinto y empezamos. Solo buscamos salir adelante por nuestros hijos”, indico Morelys.
Los transportistas saludan esta labor y aseguran que en dos días, “las constructoras venezolanas”, han parchado más calles que el municipio, en cuatro años de gestión.
Ellas mismas compran su material (ripio, arenilla, cemento) y con sus herramientas, en menos de 1 hora dejan niveladas las calles con huecos en el pavimento.
Los choferes de combis, colectivos y mototaxistas se detienen para admirar y aplaudir su trabajo y de paso apoyar con una colaboración para que sigan realizando esta labor.
"Solo queremos que la gente se sienta bien con lo que hacemos. Y agradecemos a todos por su apoyo” agregó Rosa Crespo.
En declaraciones a RPP Noticias, ellas contaron que no buscan el reconocimiento de ninguna autoridad edil; solo quieren aportar lo que saben para agradecer por el apoyo que toda la colectividad monsefuana y lambayecana ha tenido con cada una, desde que llegaron hace solo 15 días.
Hay que precisar que en Lambayeque se estima que hay más de 7 mil ciudadanos venezolanos, el 65% mujeres; de las cuales, la mayoría se dedica al comercio ambulatorio.
Estas tres mujeres nos enseñan que cuando se hace lo que se ama, no hay barreras ni oficios que impidan tener una luz de esperanza para sacar adelante a la familia.
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