Con un panorama marcado por la fragmentación partidaria, el retorno de viejos liderazgos y una ciudadanía cada vez más escéptica, las elecciones generales de 2026 ponen a prueba la capacidad del sistema político peruano para renovarse y recuperar legitimidad, señalaron especialistas en Enfoque de los Sábados.
A menos de un año de las Elecciones 2026, el escenario político peruano se perfila con rostros conocidos, una ciudadanía desconfiada y partidos fragmentados que repiten viejos patrones de personalismo y débil institucionalidad, según coincidieron especialistas consultados por RPP.
En un programa especial de Enfoque de los Sábados, los analistas indicaron que la competencia electoral estará marcada por la herencia de la crisis política reciente y la ausencia de nuevos liderazgos capaces de canalizar el descontento social.
La politóloga Gabriela Navarro, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), consideró que el retorno de Keiko Fujimori a la contienda por cuarta vez refleja esa falta de renovación, tras sus fracasos en los comicios de 2011, 2016 y 2021.
“Keiko Fujimori, que nuevamente por cuarta vez estaba postulando a la presidencia de la República en estos comicios 2026, no ha solucionado todavía los problemas de la herencia que tiene por parte del padre y durante todos estos años de actividad política no ha consolidado una imagen propia, sino que ha heredado nuevamente el legado y es una rehén de su apellido”, detalló.
Navarro también enfatizó que el expresidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) dijo en el pasado que se retiraría de la política, pero ayer anunció su precandidatura al Senado por la alianza Fuerza Libertad. A su juicio, esa clase de contradicciones se perciben con fuerza entre el electorado joven, cada vez más crítico frente a los cambios de postura de los políticos.
“Desde el punto de vista de los jóvenes, se muestra una incoherencia, ¿no? Entre las primeras declaraciones que da un político y después que se retracta, busca una inmunidad”, señaló Navarro, recordando que el auge de las redes sociales “hace cada vez más difícil retractarse de las palabras propias”.
Desde otra perspectiva, el analista Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi, sostuvo que la actual dinámica interna de los partidos responde a una lógica de control y cálculo.
“Muchos partidos están prefiriendo la modalidad de elección por delegados porque eso resulta más controlable para las cúpulas”, afirmó.
Sin embargo, aclaró que ello “es parte del sistema democrático” y que el panorama es comparable con otros países.
“Cuando comienzan las primarias en Estados Unidos, los partidos tienen hasta 18 precandidatos y eso se va decantando rápidamente conforme ven que no tienen opciones”, apuntó.
Pese a esa normalización del control interno, Benavente advirtió que la fragmentación del sistema político peruano “hará que la competencia electoral sea muy complicada”.
El descrédito de la política y los mismos de siempre
Mientras tanto, el politólogo Carlos Fernández, doctor en Ciencia Política y director de los programas de doctorado en Ciencias Sociales de la UNI, subrayó otro aspecto: el profundo descrédito de la clase política.
“En la opinión pública hay una cierta desazón frente a los políticos por el desprestigio del Congreso y del gobierno de Dina Boluarte, y creen que todos los candidatos son lo mismo. Y hay que decir que no, que estamos frente a varias candidaturas de personas que son honestas, de diversas tendencias ideológicas y que son opciones reales”, señaló.
Fernández resalta que existen aspirantes poco conocidos, pero con trayectorias limpias. A decir del especialista, el hecho de visibilizar a estas figuras es crucial “porque eso es lo que Perú necesita para los próximos años”.
El académico también explicó por qué las alianzas son escasas.
“La personalización del poder, el caudillismo tradicional, sentirse dueños de los partidos... Ese egocentrismo, creerse los salvadores del Perú, es una de las causas. La otra es más humana: si te alías, debes ceder puestos, y las bases no quieren compartir eso”, acotó.
Finalmente, el abogado José Manuel Villalobos, director de Dato Electoral Perú, coincidió en que las elecciones de 2026 no traen mayores sorpresas.
“Prácticamente son los mismos de siempre. Son partidos personalistas”, afirma. Solo destaca al APRA como una excepción: “Ahí sí va a haber democracia interna, porque ni siquiera es por delegados, sino un afiliado, un voto”.
En conjunto, los especialistas concluyeron en un diagnóstico, pues el Perú encara las elecciones de 2026 atrapado entre la inercia del pasado y la urgencia de una renovación política que aún no llega, en un contexto en que los partidos siguen girando alrededor de liderazgos personales.