El ex magistrado del TC señaló que "el Congreso o cualquier ciudadano" podrían acusar al presidente de infracción constitucional. Además, consideró que se entraría "a un punto de no retorno" de la confrontación de ambos poderes
El ex magistrado del Tribunal Constitucional (TC), Eloy Espinosa-Saldaña, en diálogo con Ampliación de Noticias, se pronunció en torno a los últimos acontecimientos en el Congreso respecto al rechazo "de plano" de la cuestión de confianza solicitada por Aníbal Torres, y el mensaje a la nación del presidente aceptando la renuncia del premier tras lo que calificó como un "rehusamiento expreso de la confianza" por parte del Parlamento.
Espinosa-Saldaña consideró que hay dos interpretaciones de los hechos: el que hace la Mesa Directiva del Congreso y el que pretende hacer el Ejecutivo.
"Acá tenemos el choque y vamos a ver la habilidad, sobre todo, del presidente del Congreso y la Mesa Directiva porque lo que va a llegar es una juramentación de un nuevo gabinete y un oficio al Congreso diciéndoles ‘voten por ellos y reconózcanlos’, y si el papel dice ‘reconózcanlos como nuevo gabinete de mi gestión’, ahí entramos en un problema político-jurídico muy serio", consideró el ex miembro del TC.
¿Improcedencia o rechazo de la confianza?
Espinosa-Saldaña señaló que la Mesa Directiva ha declarado la improcedencia de la cuestión de confianza, por mayoría, por no tratarse de un tema de competencia del Gobierno.
"Para la Mesa Directiva ha habido una situación de improcedencia, no se ha cumplido con un requisito de que haya competencia en plazos y en trámites, porque esto ya había sido descartado por el TC. Pero esa es la posición que, más con argumentos políticos que técnicos, no va a asumir el Gobierno. Las declaraciones del presidente y del ministro Salas han sido muy claras en el sentido de plantear que ellos entienden que se les ha denegado la permanencia del gabinete y estamos en ese escenario", explicó.
Sin embargo, consideró que los hechos tendrán mayor claridad cuando se conozcan los detalles de la carta de renuncia del premier y el oficio que envíe el presidente al Congreso notificándole del cambio de integrantes del gabinete. Es decir que "depende de cómo se plantee el discurso de los actores".
"No hemos visto la carta de Aníbal Torres, no hemos visto el oficio que tiene que mandar el presidente al Congreso diciendo cómo considera a este equipo de ministros, si es un nuevo gabinete o no. Tampoco hemos visto la reacción del Congreso, si va a asumir esto como hechos consumados, si va a aceptar a los nuevos ministros o va a decir que llegan de manera irregular. Esos elementos son vitales para evaluar si en este caso hay una infracción a la Constitución o no", señaló.
"Si el Gobierno insiste en que se trata de la bala de plata, el Congreso o cualquier ciudadano pueden plantear una acusación por infracción constitucional. Lo cual no significa que la ganen, pero sí que la planteen. Ese es un escenario que se pueda dar a corto plazo, pero dependiendo de la habilidad del presidente del Congreso sobre cómo mantiene firme su decisión de improcedencia", agregó Espinosa-Saldaña.
Respaldo del TC
Por otro lado, el constitucionalista consideró que la sentencia del TC, "diciendo que la ley que se estaba objetando porque cortaba el ejercicio del referéndum", como señaló el entonces premier Aníbal Torres, "era improcedente", entonces el Congreso no hubiera actuado "con tanta diligencia".
"Es un respaldo al Congreso (...) El último interprete de la Constitución es el TC. Todos podemos decir muchas cosas, pero la última palabra sobre qué es constitucional es el Tribunal. Con eso, la suerte de la cuestión de confianza estaba echada", consideró el magistrado.
Por tal motivo, Espinosa-Saldaña consideró que la ley que motivó la cuestión de confianza no fue la mejor opción que pudo escoger el entonces presidente del Consejo de Ministros.
"Yo incluso no hubiera planteado ese tema como una cuestión de confianza, sino como una propuesta de reforma a la ley. Creo que Aníbal Torres hubiera salido mejor parado. Si yo lo que quería era abrir el escenario para que leyes y reformas constitucionales, como la del 2020, puedan ir por referéndum, ahora tenías una ley que te decía que no con mayúsculas y resaltador. Tenías otros temas, los cuales la cuestión de confianza hubiera salido y hubieras ampliado el escenario de la cuestión de confianza y no haber corrido los riesgos que ahora ha corrido el Ejecutivo", explicó el ex magistrado.
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