Luego de aquel 5 de abril de 1992, Alan García habló a la televisión Española desde la clandestinidad y señaló que temía por su vida.
El 5 de abril de 1992, el expresidente Alberto Fujimori realizó el autogolpe que disolvió el Congreso y ordenó la reestructuración del Poder Judicial. Sin embargo, estos no fueron los únicos hechos, también se ordenó la captura de adversarios políticos, principalmente apristas.
Aquel domingo del autogolpe, Alan García se encontraba en su casa en bata. El congresista Jorge del Castillo había ido a visitarlo porque había observado que la vigilancia en la casa del líder aprista había aumentado. "[Compañeros] nos llamaron diciéndonos que Fujimori está hablando y está cerrando el Congreso -nosotros no estábamos viendo la televisión en ese momento", cuenta.
El suspenso. La policía tocó el timbre de la casa. Lo ignoraron en un primer momento. Por segunda vez, la Policía pidió el acceso a la casa y Alan García se los concedió. En ese instante oyen desde un altavoz: "En nombre del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas salgan con las manos en alto". Luego, prosiguieron disparos al aire. Se asustaron y cerraron el paso al ingreso de los policías y militares.
Abel Salinas, Mirtha Cunza y Agustín Mantilla, entre otros, estaban siendo detenidos en aquel momento. Alan García no salió, pues temía que lo maten. Jorge del Castillo cuenta que tuvo que disparar al aire, porque le contaron que los militares ingresaron por el techo de la casa de Agustín Mantilla. Los disparos amedrentaron a los militares y esto le dio tiempo a García para huir.
La fuga. Se dice que el dos veces presidente salió por los techos y finalmente se refugió en un edificio desde donde podía apreciar lo que ocurría en su casa. Los militares dispararon al aire y a la casa hasta que finalmente lograron ingresar. García ya no estaba. Buscaron por todos los rincones, pero no lo hallaron. Es así que se llevaron a Del Castillo y a su exesposa, Pilar Nores.
Después del autogolpe, Alan García habló desde la clandestinidad a la televisión española (TVE), en aquella entrevista contó que huyó porque si él se quedaba en casa, sus hijos corrían peligro. "Estaba en un edificio en construcción, veía como era detenida mi esposa. Estuve 48 horas situado en un edificio. Una amiga me dio la posibilidad de pasar a otro lugar", dijo en aquel entonces.
Creyó morir. En aquella entrevista a la televisión española, Alan García señaló que el fin de la intervención militar en su casa era matarlo.
"Uno de los jefes del operativo de la toma de mi casa tuvo un reparo moral y lo comunicó previamente. Nadie va con 150 soldados con silenciadores y con 6 tanquetas a tomar a una persona que no tenía ningún arma dentro de la casa", dijo. Hoy sabemos que fue falso lo último, sí hubo armas y sirvieron para que él pueda escapar.
El asilo. Jorge del Castillo dijo que él coordinó el asilo político en la embajada de Colombia, a la cual ingresó el 1° de junio. El presidente colombiano César Gaviria dispuso el envío de un avión de su Fuerza Armada. Este llegó a las 4 a.m. del día siguiente, pero a esa hora lo podrían matar debido al poco tránsito de personas.
"Yo aproveché para convocar a toda la gente que se pudiera a la embajada de Colombia, así que con una nube de gente uno reduce las posibilidades de un atentado", dijo Del Castillo.
Final. A la semana siguiente, Pilar Nores y sus cuatro hijos fueron a Bogotá a vivir con él. La entonces esposa de García partió acompañada de sus hijos Josefina de 15 años, Victoria de ocho, Luciana de siete y Alan Raúl de cuatro, además de una menor de 14 años, que era su empleada, según señalaron familiares.
"Fujimori es un presidente contrahecho que se ha hecho un harakiri. Un presidente no puede razonar como una bestia feroz que elimina a sus adversarios porque no puede convencerlos", fueron las críticas de Alan García por aquellos años. Desapareció del país, estuvo en Colombia, luego en Francia y regresó en 2001 para su campaña a la presidencia, la cual no ganó. Años después, pareciera que la enemistad con el fujimorismo se esfumó cuando en 2011 el Apra apoyó la candidatura de Keiko Fujimori en la segunda vuelta electoral.
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